Morelia, Michoacán
Sólo por hoy es la lucha de Gustavo contra el linfoma de Hodgkin que le fue detectado. Sólo por hoy sigue el tratamiento médico y las recomendaciones para procurar su recuperación. Sólo por hoy se mantiene en pie, por él y por su familia, la que lo acompaña y la que le espera en casa.
Y es que la lucha contra el cáncer infantil, que se conmemora este 15 de febrero, es así: sólo por hoy, un paso a la vez, atender los cuidados que corresponden a este día, porque la marca de la enfermedad es la incertidumbre y lo único seguro es lo que ya pasó.
“Es la incertidumbre, enterarte de que tienes cáncer, alejarte de lo que conoces, enfrentarte a cosas nuevas. Es algo que no imaginé vivir”, refiere Gustavo.
A sus 14 años de edad, ha dejado en suspenso familia, amigos, escuela y actividades cotidianas, para enfocarse en combatir a un enemigo que lleva dentro y que no duerme, no da tregua. A sus 14 años de edad, ya sabe lo que es ser un guerrero.
En casa, en Zitácuaro, están su papá y sus hermanitos, de 17 y cinco años. Ahí están sus amigos, la escuela, los maestros. En Morelia, atender lo que diga el doctor, comer lo que se le indica, hacer las cosas que aseguren los cuidados necesarios, estar pendiente de la evolución de su mal.
Dicen que no es valiente el que no teme, sino el que, pese a su miedo, no se rinde, y Gustavo reconoce que no saber cómo enfrentar las cosas puede producir angustia, algo de impresión:
“No sé cuánto tiempo estaré aquí, cuándo podré volver a casa. Por ahora sólo tengo los cuadernillos para no atrasarme en los estudios”, explica.
A pesar de esto, Gustavo señala que los resultados prometedores que fructifican tras semanas de arduos esfuerzos le alientan a continuar. “Me emociono, estoy a gusto de progresar y avanzar bien con el tratamiento”.
Detección tardía cobra vidas de niños y adolescentes
En la entidad, cada año se detectan 70 nuevos casos de cáncer infantil, según datos de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM). Sólo uno de cada cuatro de estos nuevos casos es diagnosticado de manera oportuna.
Existen muchas causas para un diagnóstico tardío de cáncer infantil: los signos y síntomas iniciales son relativamente evidentes, a condición de tenerlos presentes, lo que no siempre sucede, explica la directora del Hospital Infantil y oncóloga pediatra, Silvia Chávez Gallegos.
Desde palidez acentuada en un corto plazo hasta dolores de cabeza que no ceden al tratamiento, los síntomas son variados como variadas son las manifestaciones de cáncer infantil.
Las más comunes son las leucemias, que afectan a cinco de cada 10 niños y adolescentes y pueden identificarse en sus etapas tempranas por fiebres persistentes, sangrados anormales o palidez. Les siguen los linfomas o cáncer en los ganglios linfáticos, que se manifiestan por bolitas en el cuello o en las ingles y los tumores del sistema nervioso central, que son los más difíciles de detectar y conllevan cefaleas matutinas, visión doble o marcha vacilante.
Pensaron que eran paperas
Araceli se percató de unas bolitas en el cuello de Gustavo, sin otros síntomas. El veredicto del médico fue paperas, pero cuando las supuestas paperas no mejoraron, temió que fuera otra cosa.
Y el tiempo confirmó sus sospechas.
Recorrer médicos, hacer estudios y finalmente acudir a Morelia en busca busca respuestas, llegar al Hospital Infantil y ver cómo el pequeño paciente es atendido, hasta lograr un por qué: Linfoma de Hodgkin.
“Es muy difícil enterarte de que tu hijo tiene cáncer, no sabes qué es, estás en un lugar desconocido, te dicen que el tratamiento es largo, difícil y pesado, piensas en los gastos que vienen”, detalla Araceli.
“Cuando a una le dicen que el niño tiene cáncer, en lo primero que piensas es en cómo es posible, si hay cura. Luego vienen los ajustes, mi esposo está en Zitácuaro, donde vivimos con mis otros dos hijos y trabajando, mientras nosotros estamos acá. Al principio no podíamos ir mucho a casa, porque el tratamiento así lo requería, ahora empezará un mes completo de tratamiento y tenemos muy buenas noticias, Gustavo va bien, los resultados han sido favorables y después de una o dos recetas más, ya podrá venir a Morelia una vez al mes y llevar medicamentos en pastillas o inyecciones”, relata.
Ha sido una lucha ardua en la que han tenido el apoyo de su familia y de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), donde se hospedan y les ayudan con la adaptación, y el pronóstico es bueno también.
Sólo los gastos son una preocupación constante, de dos a tres mil pesos a la semana en pasajes, comida fuera de AMANC, medicamentos que faltan, insumos, entre otros.
“Mi hijo está emocionado porque no sabía si iría a la escuela otra vez, pero ahora esperamos que sí, que pronto retomaremos una vida normal. Vamos a salir de esto”, expresa.
Pero la lucha es sólo por hoy. Un paso a la vez, sin acelerar. Semana a semana enfrentar algo. Sólo por hoy estar bien.