Historias del Tercer Mundo

Foto: Wendy Rufino

Alguna vez un sabio dijo, o pudo haber dicho: “al pueblo, pan y perritos”; porque todo el mundo quiere a los suaves lomitos y poco a poco se han ido ganando su espacio no sólo como mejores amigos del hombre, sino como la nueva “vieja confiable” de los gobiernos. ¡Perritos para todes!

Basta ver cómo se acalló el asunto del sacerdote Mateo Calvillo, cuya imagen luego de ser brutalmente golpeado llegó hasta medios nacionales, pero la indignación popular perdió impulso cuando el gobernador de Michoacán lo acusó de haber atropellado a un dulce y noble perrito y el agresor sería sólo un vengador solitario de las víctimas de cuatro patas. ¡Héroe sin capa!

 “Esta persona, al parecer se acercó a reclamarle del tema del animalito atropellado, del perrito que atropellaron”, declaró en rueda de prensa Alfredo Ramírez.

Así fue como lo dijo 👉 Incidente de tránsito, no ataque de sicario, la agresión al padre Mateo: Bedolla

“Es una fake new“, dijo el padre a Milenio, pero ya nadie escuchaba. Por cierto, Mateo Calvillo, desde el principio relató que el agresor lo acusaba de haber arrollado a un perro, lo cual en todo momento ha negado e insistió en que se le cerró y bajó del auto diciendo incoherencias.

El Ayuntamiento de Morelia también tuvo su perrito. El pasado 5 de julio la Policía de Morelia anunció en un boletín que había rescatado a un niño que estaba secuestrado, pero que durante el operativo un hombre de la tercera edad había disparado contra los oficiales, por lo que lo habían “abatido”, eufemismo preferido de las áreas de comunicación para no decir que lo mataron.

Horas después se supo a través de la Fiscalía General del Estado (FGE) que el hombre era abuelo del niño y que éste no estaba secuestrado, sino que su abuela había terminado de bañarlo cuando los policías entraron a su casa, “abatieron” a su abuelo y entraron en su “rescate”.

Pero qué creen, ¡hay perrito! Al otro día el Ayuntamiento de Morelia anunció con orgullo en sus redes sociales que se logró rescatar, otro rescate, a un perrito que estaba abandonado en una casa deshabitada. Bien por el ayuntamiento.

La nota 👉 Hombre abatido por la policía municipal era abuelo del niño ‘rescatado’

Y hay más, la FGE tiene sus propios perritos -o binomios de la unidad canina K9-, que portan con distinción sus uniformes y ayudan a rastrear cuerpos. De hecho, han sido una pieza clave para el hallazgo de hasta ahora 23 cuerpos en las fosas clandestinas de Los Negritos, en Villamadero.

La Policía Michoacán también tiene perritos, y son de sus elementos mejor capacitados, pues los entrenaron en Estados Unidos. Los emplean para encontrar armas y droga en las empresas de paquetería y hasta tienen calaveras de perritos en su uniforme en un despliegue de rudeza canina que casi atemoriza pero más bien enternece.

Podráía decirse que son ineptos, abusivos, lentos, incompetentes, podría estarse sumiendo el estado en la violencia -aunque digan que en 10 días no han asesinado a nadie en Zamora, pero no sea cierto-, podríamos estar enfrentando una crisis económica y un repunte de covid, pero los perritos nunca faltarán.

La autora es doctorante en Desarrollo Regional, maestra en Políticas Públicas

y licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UMSNH.

Ha publicado cuento y poesía y se ha desempeñado como periodista.


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