Atenas, Grecia

La tragedia se veía venir, un barco repleto de migrantes procedente de la zona de Tobruka, en Libia, camino a Italia, se hundió ante las costas de Grecia y provocó la muerte de cientos de pasajeros.

Una fotografía aérea del barco distribuida por la Guardia Costera mostraba a docenas de personas ocupando prácticamente cada centímetro en la cubierta.

Los reportes de la prensa griega apuntaron que la embarcación llevaba al menos dos días en el mar.

Según las crónicas que se pueden leer en las redes, el motor del navío se paró durante la noche y, más tarde, la embarcación se tambaleó de forma brusca y naufragó en uno de los puntos más profundos del mar Mediterráneo.

Se cree que en el momento del siniestro este miércoles a bordo había unas 500 personas.

Los rescatistas salvaron a 104 pasajeros — entre los que había egipcios, sirios, paquistaníes, afganos y palestinos — y recuperaron 79 cadáveres. El operativo de búsqueda continuaba a primera hora del jueves, con aeronaves lanzando bengalas para ayudar a los equipos de socorristas.

Treinta supervivientes con edades comprendidas entre los 16 y los 49 años, fueron hospitalizados con hipotermia o fiebre.

El naufragio ya se considera uno de los peores registrados en la temida ruta migratoria del Mediterráneo central, que es la más letal del mundo.

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