La soldado Ana Fernanda Basaldua Ruiz, de 20 años, oriunda de Tacámbaro, Michoacán, se quitó la vida, aparentemente, en la base militar de Fort Hood, Texas, a inicios de semana.
Sin embargo, su madre, Alejandra Ruiz Zarco, rechazo esta versión de los militares, aunque reconoce que su hija Fernanda “tenía unos meses un poco triste” y estaba bajo “tratamiento psicológico”.
“Me niego a pensar que fue eso. Ella no era así. No acepto eso. No me checa, por las características de mi hija. Cuando ella se fue [a Estados Unidos], me regaló una taza impresa”.
La taza tiene una fotografía de Ana Fernanda (o “Fernandita”, como le dice su madre), de su hermana Natalie y de su madre. Las tres sonríen. También tenía una leyenda: “No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no se nos escape”.
“Ella vivió cosas mucho más fuertes en México a lo que me dicen que estaba viviendo allá”.
“Siempre le gustó la disciplina”
Basaldua salió de su natal Tacámbaro el 5 de diciembre de 2019. Su padre, Ubaldo Zabaldua, es ciudadano estadounidense y fue así que pudo naturalizarse y enlistarse en el ejército de Estados Unidos.
“Siempre le gustó la disciplina, sentía que dentro del campo militar, ella podía tener un nivel de vida mejor”.
La muerte de Ana Fernanda Basaldua Ruiz hizo recordar el caso de Vanessa Guillén, otra soldado en el mismo recinto militar, asesinada a martillazos por un compañero que sacó su cuerpo y lo descuartizó antes de enterrarla en un lugar remoto.
La madre de Ana Fernanda Basaldua Ruiz espera una visa humanitaria para ir a buscar el cuerpo de su hija en Estados Unidos.
