Gran Rapids, EU
La muerte, de un disparo en la cabeza, de un joven negro de 26 años, a manos de un policía blanco, ha provocado que la policía del Estado de Míchigan, en Estados Unidos, abra una investigación para determinar las circunstancias que rodearon el hecho.
Los hechos sucedieron el 4 de abril en la ciudad de Gran Rapids, de unos 200.000 habitantes, el 18% de ellos negros.
La víctima, Patrick Lyoya, que había llegado a Estados Unidos en 2014, desde la República Democrática del Congo, conducía un automóvil por una zona residencial de la ciudad cuando recibió del uniformado la orden de detenerse a causa de una leve infracción de tráfico.
Tras salir del coche e iniciar una discusión, ambos forcejearon en el suelo por el control de la pistola Taser reglamentaria del policía, quien, finalment,e disparó al africano en la cabeza, a muy corta distancia, mientras le colocaba la rodilla sobre la espalda.
Tres vídeos publicados ayer miércoles por las autoridades municipales muestran la secuencia de los hechos con crudeza. El oficial ha sido suspendido de sus funciones y se encuentra de baja remunerada, a la espera de que el resultado de la investigación determine su imputación.
“Otro hombre negro ha muerto a manos de la policía, y el oficial responsable debe rendir cuentas”, dijo la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, en sus siglas inglesas) en un comunicado.
En lo que va de año, más de 250 personas han muerto por disparos de policías en acto de servicio en todo el país, según una base de datos del diario The Washington Post.