Acueducto
1.- A diferencia de otros liderazgos de MORENA en Michoacán, en donde dos de ellos sólo conocían focalizada y superficialmente la estructura interna del instituto político, más aún en la capital michoacana, uno ni siquiera eso, Giulianna Bugarini arriba, cierto, no emanada de las bases, al igual que sus antecesores cuasi inmediatos, pero sí con la radiografía política partidista a flor de piel.
2.- No, no es morenista pura, pero sí de corazón, de ahí que denostada al inicio de su incursión por los que hoy son sus compañeros; luchará contra ellos, contra, tirios y troyanos, para situarse un sitio en dicho partido político, incluso por encima de algunos dirigentes fundadores; claro, claro, su experiencia en las lides fue encauzada desde el PRD, pero siempre en la izquierda, donde, igual, sobresalió.
3.- Sin embargo, la designación de Giulianna Bugarini, efectuada por la dirigencia nacional de Morena, fue muy cerrada; obtuvo 11 votos contra 10 de la que fue su contendiente Melba Eréndira Albavera.
El resultado debiera ser tan solo una señal de que no las trae todas consigo, que debe ser incluyente con sus contrarios internos, dialogar, analizar, discutir y acordar, un paso atrás y dos adelante.
4.- Entre otras de sus fortalezas es que sin lugar a dudas cuenta con el aval del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, de corte morenista, quien mediáticamente la impulsó como vocera de su campaña rumbo al Solio de Ocampo, logrando recorrer buena parte del territorio michoacano y socializando, a veces hasta operando, con los liderazgos regionales y locales propios de su instituto político.
5.- Y, políticamente hablando, ¿debilidades?, sí, suele ser impulsiva con dejos de inmadurez, en ocasiones evasiva de sus compromisos y suele hablar sin grandes argumentos o al menos sólidos; ¿fortalezas?, mujer joven, arrojada, sin temor a los retos, negociadora -sin ceder a las primeras cuando está o la ponen contra la pared-, empática y dispuesta a situarse con el ejemplo. Un perfil diferente, un rostro morenista diferente.