Berlín, Alemania

Josef Schutz, excabo primero de la división Totenkopf (Cabeza de Muerto) de las SS nazis, quien trabajó en un campo de concentración en los años 40, se convirtió el pasado jueves en la persona de más edad juzgada por presuntos crímenes de guerra. Tiene 100 años.

El anciano es acusado de “complicidad en la muerte” de 3 mil 518 judíos, homosexuales, y opositores políticos en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín, entre 1942 y 1945.

El juicio comenzó el jueves por la mañana en Brandenburg an der Havel, al este de Alemania, en presencia del acusado, quien necesita un andador para caminar y comparece en libertad.

Su abogado, Stefan Waterkamp, explicó que su cliente “no se expresará” sobre los hechos que se le imputan.

La audiencia se dedicó a leer una parte de las 134 páginas del acta de acusación por parte del fiscal Cyrill Klement.

Las voces vivientes del holocausto nazi

El deseo del exguardia nazi de no pronunciarse sobre los hechos, lo que implica una negativa a pedir perdón, provocó el disgusto de los presentes, entre ellos sobrevivientes y víctimas colaterales del holocausto.

“Estoy muy afectado. Hace casi 80 años perdí a mi padre y este tipo es un mal hombre, un asqueroso que se niega a aceptar la posibilidad de ser culpable”, dijo Antoine Grumbach, de 79 años, cuyo padre, resistente francés, fue asesinado por los nazis en Sachsenhausen en 1944.

En julio de 2020, un tribunal condenó a 2 años de prisión suspendida a un exguardia del campo de Stutthof, Bruno Dey, de 93 años. Otros 8 casos de exmiembros de las SS son evaluados por diferentes fiscalías alemanas.

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