Ciudad de México – Excélsior

Si has estado muy estresada últimamente y lo has ignorado, tal vez sea hora de hacer algo al respecto. Y es que, aunque seas una persona saludable, la tensión le hace daño acumulativo a tu cuerpo. De hecho, investigadores han relacionado los niveles altos de estrés con la contracción del cerebro y memoria deteriorada en adultos sanos de mediana edad. Y lo peor de todo es que el efecto fue más pronunciado en las mujeres.

Esta nueva investigación subraya un punto importante. Aunque el estrés afecta todo tu cuerpo, el daño principal se registra en el cerebro. No se trata sólo de los efectos del cortisol, sino que el tráfico, las deudas y las preocupaciones son percibidas e interpretadas por tu materia gris.

¿Cómo afecta a tu cerebro?

Los aspectos del diseño del cerebro que nos sirvieron bien hace miles de años, ahora nos hacen susceptibles a las emociones negativas y la fatiga mental, las cuales aumentan nuestros niveles de estrés.

Aunque nuestros cerebros han evolucionado con el tiempo, la velocidad de la vida actual es el principal factor estresante: es mucho más rápida que la capacidad de adaptación de nuestro cerebro. Y eso significa que a menudo terminamos con muy poco tiempo y muy pocos recursos para abordar lo que la vida nos ofrece cada día, lo que se suma a una disminución del sentido de control sobre nuestras vidas. Y la falta de control percibida ha demostrado ser una gran fuente de estrés.

Problemas de concentración: Cuando habían predadores grandes en la tierra, el enfoque dirigido era importante, pero hoy en día ese enfoque está dirigido hacia el interior. Ahora, el 80% de las veces, nuestras mentes están vagando, atrapadas en un estado desenfocado, incluso si no estamos conscientes de ello. Los estudios han descubierto que este estado nos hace menos felices, y entre menos felices seamos, más desenfocados se vuelven nuestros pensamientos. Es como tener varias ventanas abiertas en tu computadora, sólo que están en tu cerebro, distrayéndote y exigiendo tu atención.

Miedo: Nuestra supervivencia depende de nuestra habilidad cerebral de detectar amenazas físicas y emocionales. Momentos o eventos que provocan miedo y aumentan nuestro ritmo cardíaco son almacenados por el cerebro como información que podría protegernos a futuro. Es por eso que fácilmente recordamos cosas malas que nos suceden porque nuestros cerebros también liberan hormonas que fortalecen esos recuerdos específicos, y esto los incorpora aún más en nuestras mentes. ¿El resultado? Más estrés.

Fatiga: Aunque un gran número de órganos pueden funcionar sin descanso alguno (como el corazón), el cerebro no es uno de ellos. Después de trabajar tan duro, necesita descanso. Entre más aburrida e intensa sea la actividad, más rápido se cansa el cerebro. Te darás cuenta porque tus ojos están cansados y empiezas a cometer muchos errores. La fatiga cerebral provoca estrés y el estrés provoca más fatiga, y es prácticamente un ciclo sin fin.

¿Por qué afecta más a las mujeres?

En una encuesta anual hecha por la Asociación Piscológica Americana, las mujeres reportaron mayores niveles de tensión que los hombres y a veces más síntomas físicos y emocionales como: dolores de cabeza, fatiga, irritabilidad y tristeza.

Lo peor de esto es que las mujeres de mediana edad son las mujeres más estresadas, según un estudio hecho por la Universidad de Winsconsin. El exceso de estrés incluso conlleva enfermedades crónicas como diabetes tipo 2.

¿Por qué? En primera, el cerebro femenino es más sensible a los estresantes y una percepción de falta de control. Las áreas que ayudan a controlar las emociones y recuerdos de estos cerebros están muy activas, lo que hace que recordemos más fácilmente las heridas y desaires.

Además, las múltiples demandas de ser padres y estar a cargo del bienestar del hogar hacen que el enfoque de las mujeres sea más difuso. Y un cerebro desenfocado, como se indicó anteriormente, es otra fuente de estrés.

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