Morelia, Michoacán
Es una verdadera burla y pura faramalla todo el relajito que la 4ta deformación está haciendo en torno al avión presidencial. Son tantas, pero tantas las noticias preocupantes en el país para que la opinión pública se centre en una rifa hasta hoy ficticia.
El IMSS anunció que el 2019 fue el año con menos generación de empleo en una década, decreciendo en más del 50% este rubro. Ya también se corroboró que el 2019 fue el año más violento en la historia del México moderno con más de 30 mil muertes. Esta semana Banxico vuelve a afirmar que la economía mexicana decrecerá para el 2020 y de igual manera para el 2021.
Los datos en la faramalla armada de la rifa son claros, ese avión no es ni del Presidente, ni de los mexicanos, ese avión está en renta por su uso y podrá ser de alguien hasta que se termine de pagarlo. El problema está en que el gobierno no puede pagar ese avión toda vez que no está proyectado ese gasto en el presupuesto de egresos 2020.
Lo que enoja es que todavía que la 4ta deformación está tirando el dinero de los mexicanos a sectores improductivos sostenidos por el populismo y que el gobierno no tiene forma de pagarlo pues se le vendría una revolución política, encontró la forma de que nosotros, todos los mexicanos podamos pagar otra vez sus platos rotos.
El tema no acaba ahí, el tema sigue, ya que la Lotería Nacional no está facultada para entregar bienes en especie, sino que la lotería nacional solamente puede entregar dinero. Ante este problema la 4ta deformación tuvo que hacer de las suyas (otra vez), abrogando la ley orgánica de la lotería nacional donde ya muchos analistas asumen que de ahora en adelante se van a poder rifar hasta aviones presidenciales.
Al parecer este circo no termina ni terminará, sólo que no sabemos qué tanto nos vayan a seguir hundiendo y hundiendo. Así como ellos en épocas de la mafia del poder decían: me dueles México, hoy yo les digo, con ustedes al poder, México nos duele aún más.
