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Ekaterimburgo, Rusia.- En un partido que careció de méritos futbolísticos, y que estuvo caracterizado por un enorme despliegue de fuerza en las marcaciones, produciendo un juego trabado y de división de pelota, Perú se despidió de sus aspiraciones de pasar a la siguiente ronda, frente a una Francia que ganó con lo justo y no pareció capaz de hacer mucho más.

Aunque las estadísticas favorecían a Perú, ya que el único juego en que se enfrentaron ambas escuadras fue ganado por los andinos con un 1-0 en juego amistoso en 1982, los primeros 35 minutos fueron dominados por el seleccionado galo, que con algunos chispazos de futbol llegaba al área sudamericana, pero sin claridad para definir.

La última vez que un equipo sudamericano venció a Francia en un mundial fue hace nada menos que 40 años, cuando Argentina se impuso 2 goles contra 1. Y este día no sería la excepción, pues fue al minuto 32 cuando el mediocampista Mbappé hizo temblar las redes gracias a un rebote sobre el central peruano Rodríguez que pasó por encima de un despistado arquero Gallese y fue a parar a su pies. No tuvo más que empujarla hacia el regalado arco peruano.

Esta vez el héroe peruano, Paolo Guerrero, considerado como uno de los mejores delanteros del mundo por la FIFA, sí jugó los 90 minutos. Sin embargo, la marca personal doble impuesta por los galos terminó dejándolo fuera del partido, en el que los franceses impusieron el impresionante físico de sus jugadores para no permitir que los incaicos llegaran a acercarse a su portería.

Del otro lado, los laterales del equipo blanquirrojo tuvieron un desempeño notable; Carrillo y Advíncula se desplegaron por las bandas con enorme velocidad, quitaron todas las pelotas al contrincante que tuvieron al alcance y tuvieron un récord cercano a la perfección en cuanto a precisión de sus pases.

Cuestión aparte es lo que sucedió en el medio campo, en donde tanto peruanos como franceses llevaron la pierna en alto y trabaron el juego en demérito del espectáculo.

Después del gol de Francia, la cancha pareció inclinarse para Perú hasta el final del partido, pero los sudamericanos se vieron contenidos por una escuadra europea impertérrita, impasable en tres cuartos de cancha, por lo que las oportunidades prácticamente no existieron, salvo un tiro al arco casi sin ángulo que Paolo Guerrero no logró poner en dirección de gol.

Y la selección francesa, abandonó la creatividad, el juego y el ataque; se dedicó a detener las enormes carreras de los laterales peruanos y a cancelar el juego en su mediocampo, pero sin proyección para el ataque o ambición de más. Sin embargo, la desesperación de los andinos abrió espacios que en varias ocasiones estuvieron cerca de ser aprovechados por los delanteros azules, pero fue su imprecisión y torpeza la que primó.

Incluso, en los últimos minutos Francia renunció completamente al futbol y prefirió resguardar el balón en las esquinas del contrincante, protegiendo su raquítico resultado de 1-0 contra una selección que no le mostró mucha resistencia en las pocas ocasiones que la atacó, con una defensa central desconcentrada que cometió gran cantidad de faltas, especialmente por cuenta de Alberto Rodríguez.

En la tribuna, dominada a la vista por completo por los colores blanco y rojo, los espectadores peruanos nunca perdieron la calma, y parecían impasibles disfrutando la oportunidad de estar en un mundial. Sin embargo, tampoco parecían esperar más de su equipo, pues el apoyo nunca fue ruidoso, ni que decir siquiera cercano al ensordecedor estruendo de la hinchada mexicana en cada uno de sus partidos.

Perú, el equipo que empezaba a emocionar al mundo, está fuera del mundial. Pero aún tiene un juego más para reivindicarse. Francia demostró ser un rival duro de tratar, pero sin gracia ni talento para merecer, ni por asomo, la Copa Mundial de Rusia 2018.

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