FOTO: ACG

Que la política una, no confronte ni polarice, llamó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, desde Michoacán. Y ni modo de sólo enmarcar el mensaje del funcionario en torno del homenaje al Generalísimo o de las acciones que se siguen desde todos los frentes para atender la emergencia por los sismos y huracanes que tienen en vilo a miles de familias en el país.

No, de ningún modo. El mensaje del político hidalguense, responsable de la política interna del país, debe entenderse como un llamado a los partidos y algunos presidenciables que, metidos de lleno en el debate electoral, están aprovechando la coyuntura para posicionarse, intentar jalar adeptos y desacreditar cualquier iniciativa que venga del gobierno, a sabiendas de lo redituable que puede resultar en los próximos meses sembrar la semilla de la confusión entre los ciudadanos y la confrontación.

Llamado, sin ninguna duda, a evitar que el encono ensucie el proceso que concluirá el próximo primero de julio de 2018 con la elección presidencial y la renovación del Congreso de la Unión. Y sí, el resentimiento no puede ser más la guía del debate político-electoral. En una frase: la ojeriza de unos contra otros es lo que menos hace falta hoy en el país.

Doblemente significativo que el mensaje lo haya dirigido desde Michoacán, en el día que se celebra el natalicio de José María Morelos y Pavón, prócer nacional como ninguno con visión para la integración del país; indispensable recordarlo en tiempos de alta tensión y polarización, como son los actuales.

Hagamos política que una y sume, no que divida, fue el mensaje de Osorio Chong. La política “que propone y construye, la que integra a la sociedad y alienta su participación, la que acerca a quienes piensan distinto en la pluralidad… la que fortalecerá el marco democrático” de cara al escenario electoral.

¿Fue un mensaje como presidenciable que también es por su partido, el PRI? Si así fue, también vale y hay que tomarlo en cuenta. Más porque lo hizo teniendo al lado a otro político que también, desde otra trinchera partidista, ha levantado la mano y seguro será protagonista del 18: el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles.

Ahí quedó el mensaje y la imagen. La responsabilidad que tienen los partidos y los precandidatos, hoy, es la de no enturbiar el proceso. No mancharlo ni aprovecharse de la tragedia de miles de mexicanos.

Mensaje, mensajero y receptor. Ahí queda. Y se toma nota: lo que viene deben ser tiempos de entendimiento.

El debate político y la legítima lucha por el poder no puede fincarse en la desgracia de los mexicanos. Los denigra y envilece.

Aquí se queda… ¡aquí entre nos!

 

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