FOTOS: Gustavo Vega

José Cacho

Morelia, Michoacán.- A punto de cumplir dos años en la Presidencia Municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar desvela lo que ha su consideración es el principal obstáculo para el crecimiento de la urbe: “Estamos en una ciudad donde se impone el no, muy conservadora, en la que le damos mucho peso a pocas voces; en cambio, el sí es muy callado, silencioso. La ciudadanía tiene que apoyar más el sí y no tanto al no, para que progrese la ciudad”.

¿Y de quienes son esas voces del no, que dominan en Morelia? El alcalde lo tiene claro: van desde los dirigentes partidistas, pasa por diputados locales, regidores y los grupos de interés locales que, incluso durante décadas, han obstaculizado proyectos necesarios para la capital del estado, presionando incluso para el uso discrecional de los recursos públicos en beneficio de particulares.

En entrevista exclusiva con primeraplananoticias.mx, Martínez Alcázar presume encabezar una de las administraciones locales más transparente y menos corrupta a escala nacional, y como ejemplo de ello, el edil dijo que durante estos ya casi 24 meses de gobierno, ha disminuido hasta en un 40 por ciento el gasto corriente y superfluo de la administración pública, lo que ha servido para que se duplique la inversión en obra pública con respecto a las dos pasadas gestiones municipales.

Inclusive, el edil menciona que los 420 elementos que hoy conforman el cuerpo policiaco municipal en la capital del estado, son pagados con recursos propios de las arcas del Ayuntamiento, producto de los ahorros generados. “Todo esto lo hemos logrado a partir de la aplicación de eficientes y eficaces modelos administrativos, en los que impera el ahorro y la visión de un gobierno ciudadano”, enfatiza.

Eje fundamental de ese modelo administrativo es el privilegiar la necesidad y la demanda colectiva de la ciudadanía, sin perder el tiempo –“Que de por sí es poco”- en atender el interés individual o de pequeños grupos con posiciones ajenas a la colectividad. A estos últimos “les damos cauce, para concentrarnos en lo que vale la pena”.

En los casi sesenta minutos que dura la conversación con el mandatario municipal, es frecuente escucharle que dispone de poco tiempo, sobre todo político y administrativo para atender los graves problemas que encontró en la ciudad. Detalla que prácticamente nunca está en su oficina, sino que le apasiona salir a la calle a enfrentar los problemas de manera directa. Con ese apasionamiento entra al balance de su segundo año de gestión.

—¿Cuál sería su principal problema atendido y resuelto en este segundo año, ahora que se acerca su segundo informe de actividades?

Mira, uno de los principales problemas que tenemos en Morelia es el de las vialidades, primero por que son insuficientes y segundo por que no se les ha dado mantenimiento; Hay avenidas que tienen hasta 50 años sin recibir mantenimiento, como el caso de la colonia Obrera o las colonias que integran la zona de Chapultepec, avenida Vasco de Quiroga, Ventura Puente. Hay colonias nuevas en donde los trabajos fueron de mala calidad que hoy ya tienen los mismo problemas que colonias más viejas.

Aquí es importante subrayar que durante décadas se llevaron servicios municipales sin pensar en la ciudad, sino donde vivían los líderes de algún grupo junto con su parentela, con intereses particulares, no colectivos, y se dejó de atender los puntos urgentes.

Pero hoy le hemos dado vuelta a esas lacras y hemos avanzado de manera importante; reencarpetamos en un año el equivalente a lo que se hizo en los seis años de las dos administraciones pasadas. Avenidas importantes como las de La Joya, San José del Cerrito, Iretiticateme, y un tramo de avenida Universidad. Todas con concreto hidráulico. También hemos avanzado en la peatonalización, porque nosotros creemos en una ciudad para todos, no nada más para los coches, pues apostamos en espacios recreativos como el Parque Lineal y conceptos de desarrollo sustentable con obras públicas que atienden mejores banquetas para el peatón, rampas para las personas con discapacidad en cada esquina y la incorporación de árboles en rúas donde predominaba el concreto para que cambie el trazado urbano de la ciudad a favor de su gente,

—¿Toda esta falta de atención a que factores obedecieron; corrupción, mala administración, desvío de recursos?

Cuando yo entré al cargo, había en muchos algo así como una sed de venganza; muchas voces que me decían “es que tienes que hacer muchas cosas (y castigar a los culpables)”, pero yo decidí no dedicarme a pelear, sino a construir. No quise perder mi energía positiva.

—¿Pero qué imperó, ya que finalmente hay que decirle lo que pasó a los ciudadanos? ¿Hubo corrupción o mala administración o las dos cosas?

Mira, no lo sé; no quiero caer en un conflicto. Me interesa lo que estamos haciendo ahora y lo estamos haciendo con mucha transparencia. Vamos con mucha prisa, tu ves mi agenda, no es nada relajada, sacrifico mucho espacio para mis hijos y priorizó muy bien. También trato de no atender los asuntos personales, sino los problemas que son colectivos. Yo casi no estoy en la oficina, por que en la oficina se pierde tiempo en temas que no son importantes para la ciudad. La gente luego me pregunta que de dónde saco recursos para pagar a los policías, pues antes teníamos 120 y ahora son 420 y me preguntan que si sacrifico obra pública ¡Pues no!, no se ha sacrificado obra pública, por el contrario hemos avanzado. Fíjate en 2015 se invirtieron 450 millones de pesos; yo en mi primer año le metí 780 millones de pesos para obra pública. O sea, ahí están los logros, casi duplico la obra pública y prácticamente triplico el número de policías.
“Eso son nuestro resultados, que se van dando a partir de una buena gestión, de nuestra pasión por la ciudad y echarle muchas ganas y sobre todo por el ahorro para la transparencia del gasto: nosotros no gastamos en restaurantes ni en celulares, ni gasolina, viajes ni gastos personales”, asevera el jefe de la comuna moreliana.

—¿Entonces te has dado a la tarea también combatir la corrupción y los excesos?

Sí, claro, por supuesto; pero lo más importante es que redujimos el gasto en general de las dependencias hasta en 40 por ciento y con eso evitamos lo que era una fuga impresionante de recursos. Entonces, ahí tienes un 40 por ciento de ahorro de recursos en estos dos años que llevamos de administración. Yo creo que es una combinación del no despilfarro con la pasión por el servicio y las buenas gestiones.
Pero está el problema – ataja Alfonso Martínez- de los que siempre dicen no. Y ejemplifica con el caso de la Renovación del Alumbrado Público en la capital michoacana, donde sigue a la espera de que el Congreso del Estado autorice el proyecto que les presentó hace unas semanas, “autofinanciable completamente y que no implica endeudamiento ni desatender otros programas de obra pública”.
Y aquí otra vez el tema de los obstáculos de “quienes siempre dicen no”, en el caso de los legisladores por temas políticos.
Por eso la importancia, reitera el alcalde, de que los que estén por el sí y los que estén convencidos de los beneficios para la ciudad dejen de ser una mayoría silenciosa, callada.

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