Javier Duarte de Ochoa fue trasladado ayer de Guatemala a Ciudad de México para ser juzgado por la probable comisión de los delitos de peculado, delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Durante las dos horas de vuelo a bordo del avión tipo Cessna de la PGR matrícula XC-LNN, el ex gobernador de Veracruz repitió hasta el cansancio: “prudencia, paciencia, verbal continencia…”Y agregó: no preguntes “por qué”, sino “para qué”.

Se acordó que no era ‘contingencia’. Viajó concentrado en sus ideas; se le veía relajado. Alguien en la aeronave le dijo que al llegar al hangar de la Procuraduría, sería recibido por funcionarios de la cancillería y del propio Ministerio Público Federal; estaría también su abogado, le explicaron. El sonrió.

Pasadas las 12:15 horas, tiempo de la capital mexicana, arribó el avión. El detenido, custodiado como amerita el caso para las imágenes en medios, fue conducido a las oficinas de la PGR en la terminal aérea.

Tras el papeleo formal, para dar por terminado el proceso de extradición de Guatemala a México, un funcionario (a quien denominaremos como ‘enviado X’) se le acercó. Amistosamente le preguntó: ¿Qué tal de vuelo, Javier?

Javier Duarte volteó hacia su interlocutor. Abrió tremendos ojos. Devolvió a la pregunta: Una chinga… Pero bien.

Pidieron hablar a solas. Y lo hicieron durante unos minutos.

Enviado X (EX): Tú sabes que estaremos atentos del caso. Que se cumpla el debido proceso y que se respeten tus derechos. !Tu sabes!

Javier Duarte (JD): Que madriza me han parado… Me han destrozado.

(EX): En confianza, como siempre. Tu sabes como es esto.

(JD): Me lincharon. Han dicho de todo de mi.

(EX): Javier (el enviado hizo una pausa y estiró su mano derecha sobre el hombro izquierdo del ex gobernador) ¡tu aguanta mi gordo! ¡Como hasta ahora los has hecho, se te reconoce!

Duarte hizo una mueca de aceptación: bueno, ya estoy metido en esto. Nomás no se olviden de lo que hice por el partido.

(EX): Eso ni lo dudes, mi gordo. Todo es cuestión de tiempo. Se te pide solo que te serenes.

(JD): ¿Cuánto va a durar esto?

(EX): No sé, gordo, no sabemos. Pero tu aguanta. Todo se va a arreglar.

(JD): ¡El pinche Yunes (Miguel Angel, el gobernador actual de Veracruz) es un ojete!

(EX): No te apures. El cabrón ya anda mas ocupado por hacer gobernador a su hijo que en otra cosa. Tú no te apures por él.

(JD): ¿Les cae?

(EX): ¡Me cae! El ya esta clavado, te digo, en hacer que su hijo gane en 2018. No te preocupes por él, te digo. Su pinche acusación, además, se cae a pedazos.

El gordo entendió todo. Y otra vez a repetir: prudencia, paciencia… Verbal continencia… Y bla bla bla.

De la ficción a la realidad, la política mexicana y sus protagonistas nos han enseñado que la línea es tan delgada que ni se nota. Y a veces la realidad, parece de ficción. Pero es lo que es.

Y de la ficción a la realidad. Los hechos, para que nadie se confunda:

Luego de la condena mediática que lo convirtió en el modelo más acabado de corrupción política por lo menos de los últimos veinte años en el país, el ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa está desde ayer frente a la justicia mexicana, y ahora resulta que son muchas más las dudas que genera la integración de la carpeta de investigación que se integró en su contra, sobre todo por los delitos de delincuencia organizada, peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

No han faltado incluso los análisis que se han expuesto advirtiendo que las acusaciones del gobierno de Veracruz y de la Procuraduría General de la República (PGR) son inconsistentes y que será muy difícil para el juez mantener por mucho tiempo en prisión al estigmatizado ex mandatario veracruzano.

Tampoco faltan las insinuaciones que ven un trasfondo político en la detención de Duarte, al que ven en absoluta libertad, exonerado de todo cargo, una vez que pase la elección federal de 2018. Cuando mucho.

Ficción o realidad. ¡Ah! Los abogados y jueces dicen que la justicia no es un dogma. Por lo pronto, que siga el show.

Aquí se queda… ¡aquí entre nos!

 

Deja un comentario