Redacción

Morelia, Michoacán.- El sentido del humor y la ironía de Carrie Fisher la caracterizaron tanto, que su familia buscó una manera de despedirse de ella con sencillez,  así que depositaron sus cenizas en una gran cápsula de antidepresivo.

La actriz nunca escondió su lucha contra la depresión, el alcohol y las drogas y a ella le encantaba una antigua píldora de Prozac hecha de porcelana de los años 50.

“Se trata de una antigua píldora de Prozac de porcelana, de los años cincuenta, que era una de las pertenencias más preciadas de Carrie, su favorita. La amaba. Bilie [Lourd, hija de Carrie] y yo no pudimos encontrar nada apropiado y pensamos que esto le gustaría”, declaró su hermano, Todd Fisher, a medios estadounidenses.

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