Uruapan, Michoacán
“Mujer en el campo”, el retrato en popotillo que fue galardonado en el 64° Concurso Artesanal del Domingo de Ramos en Uruapan, con el que por primera vez que se reconoce a un artesano de Tlalpujahua, fue elaborado por Edgar Yoldani Guzmán Rocha, quien invirtió en su obra tres meses con 14 días; es decir, mil 432 horas en jornadas de 12 o 13 horas máximo al día.
La pieza retrata a Evangelina, su abuela, una mujer que fue abandonada por su esposo cuando sus hijos eran pequeños, por lo que comenzó a sembrar su parcela para poder subsistir, a pesar de que en el pueblo le decían que ese era trabajo de hombres.
Yolani cuenta que Evangelina aprendió a trabajar la tierra enseñada por su padre, quien le enseñó cuando era una niña. Me narra que recuerda a su abuela con suéter y mandil, así como la retrató, pues así ella trabajaba sus tierras para protegerse del sol.

Señaló también que comúnmente las personas piensan que las tierras son trabajadas por personas fuertes, musculosas o con máquinas, pero en la mayoría de ocasiones son personas de la tercera edad quienes se dedican aún a la agricultura.
Yoldani recuerda que fue un maestro de su primaria quien le enseñó a trabajar el popotillo, una variedad de pasto que crece en el oriente michoacano, Puebla, Tlaxcala y Estado de México, que se tiñe y corta para crear coloridos cuadros.
“Me enseñó que la artesanía de popotillo es un poquito diferente, más ceremonial, pedirle permiso a la madre tierra porque íbamos a agarrar a uno de sus hijos, el pastito”.

Asimismo, le preocupa que esta sea una artesanía en extinción en Michoacán, pues en los años 90 la brecha generacional se cortó cuando los jóvenes emigraban a Estados Unidos.
Estimó que quedan cerca de 10 creadores de esta rama artesanal en el estado, por lo que el hombre de 40 años espera aportar a preservarla antes de su muerte, igual que lo hizo aquel maestro de primaria que sembró en él la vena artística, dijo.
Y es que, a diferencia de otras ramas artesanales, él no proviene de una familia que se dedique a las artesanías, a excepción de su abuelo artesano que pintaba en penca de maguey y tejas de barro con pintura al óleo, pero no subsistía de ello.

El artesano comparte también que hace aproximadamente 25 años que se dedica al popotillo, pasión a la que le dedica aproximadamente 10 o 12 horas diarias. Impulsado por amigos artesanos a hacerlo, él ahora reconoce que desayuna, come y cena acompañado del popotillo.
Pasión y paciencia son algunos de los elementos indispensables para sus piezas, dijo, pues en algunas imágenes solo traza algunas líneas guía, pero generalmente realiza el diseño por su cuenta a puro ojo.
Al terminar la entrevista, mientras se hacían algunas fotografías para ilustrar este texto, un grupo de adolescentes se acercaron maravillados de la obra, tímidamente acepta los elogios hacia su obra.

Pero, a pesar de los elogios a su trabajo, en muchas ocasiones tiene que explicarle a las personas, incluso convencerlas de que es un trabajo con fibra vegetal y no elementos como chaquira.
Discover more from Primera Plana MX
Subscribe to get the latest posts sent to your email.