El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está listo para declarar una “emergencia nacional” y utilizar a los militares para cumplir con su plan de deportación masiva de migrantes, una de sus más recurrentes promesas electorales.

En su cuenta de la red social Truth Social, el director de la organización ultranacionalista Judicial Watch, Tom Fitton, escribió que el programa de deportación masiva de Trump está listo para ser implementado por la administración entrante.

“Buenas Noticias: Los informes son que el presidente entrante @RealDonaldTrump está preparado para declarar una emergencia nacional y utilizar activos militares para revertir la invasión de Biden mediante un programa de deportación masiva”, escribió en un tono eufórico.

El señalamiento de Fitton, quien fue funcionario de Trump durante su primer gobierno, fue confirmado por el presidente electo de Estados Unidos con una breve sentencia: “Es verdad”.

Presidida por Fitton, Judicial Watch es una organización de Estados Unidos que se define a sí misma como “conservadora” y se opone a la entrega de fondos públicos estadounidenses a gobiernos de otros países.

Previamente, la televisora estadounidense CNN ya había documentado que el programa de deportación masiva de Trump contará con la creación, ampliación y puesta en operación de grandes centros de detención para inmigrantes que sean considerados “ilegales”, cuyos fondos saldrían de la declaratoria de “emergencia nacional” y de la disposición de recursos del ejército estadounidense.

Los centros de deportación masiva se pondrían cerca de grandes ciudades en la frontera con México, para lo cual se tendrían que comprar catres y colchonetas para que duerman los inmigrantes detenidos, previo a su expulsión de Estados Unidos.

Según las agencias internacionales, para que las expulsiones puedan llevarse a cabo, Trump necesitará hacer obligatorias las detenciones de indocumentados y evitar que sean liberados por falta de recursos federales para mantenerlos.

Trump de manera específica requeriría emitir la Ley de Emergencias Nacionales de 1976, que otorga al mandatario poderes extraordinarios, ante los peligros de la inmigración ilegal, con el propósito de conseguir fondos militares.

Trump ya utilizó este recurso durante su primer mandato en 2019, cuando declaró una emergencia nacional para redirigir miles de millones de dólares asignados al Pentágono hacia la construcción del muro fronterizo con México, una medida que enfrentó múltiples demandas judiciales.

En Estados Unidos se calcula que residen 11 millones de indocumentados y que estos planes de deportaciones masivas podrían afectar a 20 millones de familias, muchas de ellas con miembros que son ciudadanos estadounidenses.

Esas deportaciones podrían, además, costar miles de millones de dólares al año y provocar escasez de mano de obra en sectores clave de la economía.

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