“Pimpinero: Sangre y gasolina” (2024), dirigida por el colombiano Andrés Baiz, quien también se ocupó del guion junto a María Camila Arias, es una de esas películas de este FICM 2024 difíciles de olvidar, porque atrapa desde el principio al público con una apuesta dura y agreste en la que mandan la violencia y el amor.

Con 132 minutos de duración, la cinta se mueve en las sabanas polvorientas e interminables de la zona fronteriza entre Venezuela y Colombia y, a ritmo de vallenato, nos presenta un acertado retrato de los “pimpineros”, contrabandistas de gasolina, quienes arriesgan a diario sus vidas para llevar el pan a sus familiares.

Pero hay mucho más, el clan Estrada entra en crisis y los hermanos se ven obligados a trabajar para Carmelo, un siniestro rival que mueve gasolina y también a migrantes en la frontera.

Sin embargo, Juan (Alejandro Speitzer), el más joven de la familia, y su novia Diana (Laura Osma), tienen otros planes, y los hechos sangrientos no demoran en aparecer.

La narrativa logra crear una atmósfera trágica y la fotografía se luce con la soledad y el polvo del entorno. Los actores demuestran, además, un gran oficio al interpretar personajes complejos, pero la cinta, en ciertos momentos, se duerme un poco, y tiene problemas de dispersión que desorientan a los espectadores.

“Pimpinero: Sangre y gasolina”, que marca el debut como actor de Juanes, tuvo su premier en el Festival de Toronto TIFF 2024, donde fue bien aceptada por el público, en particular, el latino, y dividió a los críticos.

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