Morelia, Michoacán
En un caso que ha conmocionado a México, Eduardo Verduzco, un activista social, ha tomado la iniciativa de encontrar y ayudar a las víctimas del albergue “La Gran Familia”, dirigido por Rosa Verduzco Verduzco. A pesar de que se habían destinado mil millones de pesos para resarcir el daño, el paradero de estos fondos sigue siendo un misterio, mientras que sólo diez de las 530 víctimas reconocidas han recibido apoyo.
Eduardo Verduzco, quien pasó seis años en el albergue de Mamá Rosa, relata su experiencia de abuso y violencia. Eduardo lucha por su propia recuperación y por la justicia para los demás. A lo largo de los años, ha visto cómo más de 20 víctimas se han quitado la vida y cómo otros han sido absorbidos por el narcotráfico.
Recientemente, ha comenzado una ruta de apoyo psicológico para las víctimas, con asesoría jurídica de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, pero este apoyo sólo ha alcanzado a diez personas. Eduardo critica duramente al Estado Mexicano por la falta de seguimiento y atención adecuada. “El Estado nos debe todo, no sólo una disculpa o un memorial. Nos debe atención psicológica, médica, oportunidades de desarrollo y hasta nuestros documentos”, declara.
En 2019, Eduardo fue encarcelado una semana en el Reclusorio Oriente, acusado de daño a la propiedad de una institución del gobierno federal, cuando lo único que estaba haciendo era protestar en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Este encarcelamiento es sólo un ejemplo de los obstáculos que las víctimas enfrentan al buscar justicia.
El albergue “La Gran Familia” funcionó durante 50 años, y aunque se reconocen oficialmente 530 víctimas tras el operativo del 2014 en el que se desenmascaró la verdadera cara de “Mamá Rosa”, muchas más pasaron por el lugar. Los relatos de abuso sexual, violencia física y psicológica, y explotación laboral son innumerables. La sociedad zamorana, así como figuras políticas influyentes, sabían lo que sucedía, pero permanecieron en silencio, señala Eduardo.
Eduardo y otros sobrevivientes exigen un memorial y una disculpa pública para asegurar que casos como el de “La Gran Familia” no se repitan. Insisten en que las autoridades deben responsabilizarse y proporcionar un sistema de apoyo integral para las víctimas.
El caso de “La Gran Familia” se suma a otros trágicos eventos en la historia reciente de México, como la guardería ABC y Ayotzinapa, donde las víctimas han sido olvidadas. Eduardo y otros activistas buscan que el gobierno no solo reconozca el daño causado, sino que también tome medidas concretas para reparar y prevenir futuros abusos.