Al cierre de la jornada de ayer viernes 7 de junio, el peso cerró en 18.3628 pesos por dólar, 2.65% más que el cierre de la jornada del jueves y 8.22% por arriba de la cotización del viernes 31 de mayo pasado, una depreciación que no se observaba desde la tercera semana de marzo de 2020, cuando estalló la pandemia.

Estas cotizaciones negativas recogidas por el Banco de México, se producen después de un período de estabilidad e incluso de apreciación de la divisa mexicana en los últimos dos años, una etapa en la que esta moneda se ganó el mote del “superpeso”.

De esta forma, la moneda mexicana terminó como la más perdedora en esta semana a escala global en los cruces de las principales divisas frente al dólar.

De acuerdo con operadores del mercado de cambios, la depreciación del peso refleja la preocupación de algunos inversionistas por las reformas constitucionales que se dispone a emprender Morena tras ganar la mayoría en las legislaturas, las cuales incluyen reformas en poder judicial y la posibilidad de desaparición de algunos reguladores de la actividad económica interna.

Otro factor que depreció al peso mexicano fue el fortalecimiento generalizado del dólar estadounidense, que en la semana ganó 0.88%, su mayor incremento desde la semana que terminó el 12 de abril.

Este hecho se produjo tras la publicación de datos de empleo positivos en Estados Unidos, que hacen pensar que la Reserva Federal (Fed) mantendrá elevada su tasa de interés.

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