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El Día Internacional de las Mujeres es un recordatorio poderoso de las batallas ganadas y las que aún quedan por librar en la búsqueda de la igualdad de género. Sin embargo, es crucial comprender que esa búsqueda no se limita a un solo día al año. Es una lucha diaria, una lucha que debe ser visible y constante en todas las esferas de la sociedad.

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado discriminación, violencia y desigualdad en todos los ámbitos de la vida. A pesar de los avances significativos en la lucha por los derechos de las mujeres todavía queda mucho por hacer. La brecha salarial persiste, la representación política en los más altos niveles es desigual y la violencia de género sigue siendo una realidad desgarradora en todo el mundo, la más extrema a través del feminicidio que de acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en la incidencia delictiva del fuero común, del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2024 se han registrado en México 4 mil 817 casos.

Por ello, este año, en el horizonte Día Internacional de las Mujeres, es importante reflexionar sobre el progreso alcanzado, pero también sobre los desafíos que aún enfrentamos. Debemos renovar nuestro compromiso de trabajar hacia un futuro donde las mujeres, puedan vivir libres de discriminación y violencia, donde se les brinde igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la vida.

La igualdad de género no es sólo un problema de las mujeres, es un problema de todas las personas, debemos aliarnos en esta lucha, desde cambiar mentalidades arraigadas hasta abogar por políticas inclusivas y tomar medidas concretas para promover la igualdad en nuestros entornos personales, sociales, culturales y profesionales.

Comprometámonos a ser agentes de cambio y a trabajar juntos y juntas para construir un mundo más justo e igualitario para las generaciones futuras. Porque la igualdad de género no es sólo una aspiración, es un derecho humano fundamental que debemos defender y proteger cada día del año.

Este año la ONU, con motivo del 8M hizo un llamado a “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso”, con ello, se resalta la importancia de canalizar recursos y esfuerzos hacia el empoderamiento de las mujeres como un catalizador clave para el progreso global. Esta consigna refleja una comprensión profunda de que la inversión en las mujeres no sólo es un imperativo moral, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida.

Al invertir en las mujeres, se desencadena un efecto dominó de beneficios en toda la sociedad. Las mujeres empoderadas tienen un impacto positivo en la economía al contribuir al crecimiento económico, aumentar la productividad y promover la estabilidad social. Además, la inversión en la educación y el liderazgo de las mujeres no sólo beneficia a las propias mujeres, sino que también fortalece a las comunidades en su conjunto al impulsar la innovación, la resiliencia y la equidad.

En el contexto del Día Internacional de las Mujeres, esta llamada a la acción cobra una importancia aún mayor. Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos redoblar nuestros esfuerzos para invertir en las mujeres en todos los niveles: desde el acceso equitativo a la educación y la atención médica, hasta la eliminación de barreras para la participación política y económica.

Como sociedad, debemos comprometernos a brindar a las mujeres las herramientas y los recursos necesarios para que puedan alcanzar su pleno potencial. Esto significa abordar las desigualdades estructurales, eliminar la discriminación de género y crear entornos que fomenten la igualdad de oportunidades y el respeto mutuo.

La reciente declaración de la ONU, “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso”, cobra aún más relevancia en el contexto mexicano, especialmente a la luz de los datos revelados por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) actualizada a 2022 por el INEGI. Estos datos proporcionan una visión clara de las persistentes desigualdades de género en México y subrayan la urgencia de invertir en las mujeres para impulsar el progreso social y económico en el país.

La ENDIREH revela que las mujeres en México continúan enfrentando desafíos significativos en áreas clave como la participación laboral, la violencia de género y el acceso a la educación y la salud. Por ejemplo, a pesar de los avances en la participación laboral femenina en las últimas décadas, las mujeres siguen siendo desproporcionadamente representadas en empleos informales y mal remunerados, lo que perpetúa la brecha salarial de género y limita su autonomía económica.

Además, la ENDIREH muestra que la violencia de género sigue siendo una preocupación grave en México, con altos índices de violencia física, sexual y emocional contra las mujeres. Estas cifras son alarmantes y ponen de relieve la necesidad urgente de invertir en políticas y programas que prevengan y combatan la violencia de género en todas sus formas.

En términos de acceso a la educación y la salud, si bien ha habido avances significativos en la mejora de la cobertura y la calidad de estos servicios, persisten disparidades de género que afectan especialmente a las mujeres en áreas rurales y marginadas. Garantizar un acceso equitativo a la educación y la salud es fundamental para empoderar a las mujeres y promover su bienestar y desarrollo.

En este contexto, la llamada de la ONU a “invertir en las mujeres, acelerar el progreso” adquiere una importancia aún mayor en México. Es imperativo que el gobierno, la sociedad civil y el sector privado trabajen juntos para implementar políticas y programas que promuevan la igualdad de género, empoderen a las mujeres y promuevan su participación plena y equitativa en todos los aspectos de la vida social, económica y política del país.

En nuestro país enfrentamos un momento crucial si de derechos de las mujeres hablamos, muestra de ello, es que aún sigue presente la represión a la libre manifestación y organización, lo acontecido en las manifestaciones del 8 de marzo pasado en Zacatecas, en Colima y en la Ciudad de México entre otros, son muestra de ello.

Las mujeres también son gravemente afectadas de la violencia que se vive en materia de seguridad en el país; por otro lado mientras en Francia se logra a nivel constitucional el derecho al aborto, en México se siguen enfrentado grandes obstáculos para conquistar este derecho a nivel nacional. La situación en el ámbito de las Instituciones Educativas no es diferente. La violencia política por razón de género es otro reflejo de la realidad en el país, la que veremos aumentada derivado del actual proceso electoral en el que por primera vez, las cosas indican tendremos una mujer como Presidenta.

Consejo de Derechos Humanos, a través del Grupo de Trabajo sobre el Examen Periódico Universal, en su 45º período de sesiones, celebrado del 22 de enero a 2 de febrero de 2024, formuló a México 318 recomendaciones, dentro de las cuales se encuentran varias plasmadas en relación a los derechos de las mujeres y las niñas.

Mucho por decir este día, cada tema amerita una opinión particular, por lo que, seguiremos si así me lo permiten, generando opinión.

  • La autora es Doctora en Derecho, académica de la UMSNH e integrante del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT.

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