Tzintzuntzan, Michoacán
Las Yácatas, otrora centro ceremonial de la antigua sede del imperio purépecha, es el escenario y epicentro de la K’uínchekua, la fiesta grande de Michoacán, un punto de encuentro con la historia, danza y tradiciones del estado.
Se calculan 3 mil asistentes anoche a la apertura del foro cultural de Michoacán. Pasadas las 20:00 horas, el espectáculo comenzó con la proyección de imágenes que narran la historia del antiguo imperio purépecha, luego sobrevino un ritual prehispánico para la apertura del cosmos, con incensarios encendidos y sonidos de caracoles que se escucharon en la noche casi ya de primavera.



La muestra de lo más exquisito y representativo de la cultura michoacana aglutina a 380 artistas de variadas expresiones culturales; son expertos danzantes y a huarachazo limpio hacen vibrar al público con la Danza de los Viejitos, la sobriedad de Los Kúrpites y el donaire de Tsapichus y Los Moros.
El Torito de Petate es un catalizador y miles de asistentes se dejaron llevar por la euforia que se vivió en el complejo, un sincretismo religioso de los pueblos originarios de 28 municipios de la Meseta Purépecha, Tierra Caliente y zona Lacustre.



Luego vino la Uárhukua, el ancestral juego de pelota purépecha; hombres vestidos con trajes típicos hacen rodar una bola de fuego en el escenario mientras se escuchan las dulces notas de las pirekuas. Luego apareció el tamboreo y el arpa, zapateado y caballos bailadores al ritmo de notas del valle de Apatzingán.
Los aplausos llovieron cuando en el cielo se proyectaron frases que hacen vibrar: Michoacán, el Alma de México y K’uínchekua, entre imágenes de mariposas Monarca y del volcán Paricutín iluminados con una lluvia de pirotecnia.



Desde ayer jueves y hasta el próximo domingo 17 de marzo, continuará la fiesta grande de Michoacán.
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