Morelia, Michoacán
En México es necesario que se apliquen políticas públicas que permiten que cambien los estereotipos de género y las mujeres tengan un acceso equitativo a la educación, así como a modelos femeninos desde la educación básica, coinciden especialistas emanadas del Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (ININEE).
Aunque desde distintas perspectivas y con visiones diferentes, las egresadas del posgrado en Políticas Públicas Yesica Díaz Barajas, Verónica Gómez de la Rosa y Lisel Lifshitz Gudiño hablaron de sus trabajos de investigación, sus retos en el ámbito profesional y su opinión acerca de las políticas gubernamentales durante la mesa redonda organizada por el instituto titulada “El rol de las mujeres en la ciencia y la investigación”.
La directora del ININEE, América Ivonne Zamora Torres, advirtió que solo el 33 por ciento de los científicos en México son mujeres, según la rganización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Para la doctora en Políticas Públicas Yesica Díaz, esto se debe en parte a que la generación de la ciencia y los campos de estudio se ha hecho desde una visión andrógina, pues fueron hombres los primeros generadores de conocimiento científico, por lo que se parte de una visión masculina para la resolución de problemas.

Tiene que ver también, de acuerdo con la maestra en Políticas Públicas Verónica Gómez, quien se desempeña como regidora en el Ayuntamiento de Lázaro Cárdenas, a que existe un estereotipo del rol que para la sociedad deben cumplir las mujeres y es por ello que se ven impedidas para desarrollarse en la misma medida en el ámbito académico que los hombres, pues los trabajos y cuidados domésticos recaen sobre ellas.
Por su parte, la doctora en Políticas Públicas Lisel Lifshitz apuntó que no es que no haya habido mujeres en la historia de la ciencia, sino que no se les ha visibilizado, pues han sido en su mayoría hombres quienes han escrito esa historia.
Para Verónica Gómez, el gobierno federal ha quedado a deber a las mujeres, especialmente en lo que compete a su incorporación en la ciencia, pues desde el Plan Nacional de Desarrollo no existe ningún planteamiento que busque este objetivo o que ayude a las mujeres a descargarse de ciertas obligaciones impuestas por la sociedad para poder incorporarse al campo de la investigación.

“Me preocupa que las niñas en las comunidades puedan dedicarse a lo que ellas quieran. Que no tengan que enfrentarse a que un grupo delictivo se las lleve o que tengan que cuidar a los hermanitos o trabajar”, expresó con respecto a su municipio.
Para Lisel Lifshitz, en cambio, sí existen políticas públicas y legislación a favor de la incorporación de mujeres en la ciencia, aunque considera que el problema se da en la implementación, puesto que no se percibe socialmente la importancia de que las mujeres formen parte del campo científco.
Desde la perspectiva de Yesica Díaz, es importante cambiar la idea de la división sexual del trabajo -que propone que las mujeres son físicamente más aptas para desempeñar labores domésticas y de cuidado- y para ello habría que empezar desde la educación básica:
“El libro de texto habla del doctor, el investigador, el científico y también habla de la mamá de Juanito que le prepara el sánduich y que lo lleva a la escuela. Pocas veces hablamos del papá que hizo la tarea con el hijo, entonces tenemos que empezar desde los libros de texto viendo esa narrativa que tiene que ser de igualdad, como seres equivalentes, y promover estos nuevos roles femeninos de liderazgo, de científicas, con imágenes. Los pequeños tienen que irse familiarizando con estos nuevos modelos femeninos”.

Consideró que el cuidado de los niños tendría que ser una corresponsabilidad tanto de hombres y mujeres como del sector privado y el Estado y esto debería garantizarse a través de políticas públicas transversales en todos los ámbitos.
“La división sexual del trabajo resulta una carga histórica de la que todavía no podemos zafarnos y esto influye en la ciencia, en la educación, en la investigación y en la manera de ver y resolver el mundo”, opinó.
Agregó que el déficit de mujeres en la ciencia también se ve afectado por la violencia de género y por la falta de visibilización de otros sectores de la población femenina, como los indígenas, afromestizos y las mujeres en situación de marginación, a quienes todavía no se les ha dado voz.
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