La violencia nos afecta a todos, pero no en iguales medida y magnitud, porque estamos en el mismo mar, a bordo de diferentes barcos, concluyeron especialistas que dictaron la conferencia La Libertad de Expresión en Materia Electoral para la Función Periodística, desde la Perspectiva de Género.

Y cuando se trata de violencia, procesos electorales y género, la situación no es diferente, ya que a los estigmas que enfrentan la política y los políticos se suman los discursos discriminatorios, denigrantes y sexistas, que afectan de manera diferenciada a hombres que a mujeres.

La politóloga Martha Alejandra Tello Mendoza destacó que todos los actores son susceptibles de ser víctimas de violencia política, desde comentarios desfavorables en redes sociales hasta el homicidio, pero perjudica en forma desproporcionada a las mujeres.

Detalló que se considera que la violencia política en razón de género es “la acción, omisión o tolerancia en contra de las mujeres por ser mujeres, que afecta desproporcionadamente a ellas con el objetivo o resultado de impactar el ejercicio de sus derechos político electorales o el acceso y permanencia en un cargo público”.

Foto: Primera Línea

Tello Mendoza indicó que en los recientes procesos comicial la violencia política está en ascenso, con una mayor cantidad de hombres asesinados por su calidad de candidatos o actores politicos, pero estos fenómenos son “enfermedades sociales” diferentes a la violencia política en razón de género.

A los hombres se les ataca por presuntas relaciones con el crimen organizado, por la resistencia a la alternancia, por contextos particulares en las entidades o municipios, y las mujeres además enfrentan el ataque a su sexualidad, por los estereotipos de maternidad y feminidad, con una mayor frecuencia de discriminación y desprestigio, respecto de los varones.

Martha Alejandra Tello reiteró la existencia de un sesgo de género que se hace evidente en los comentarios a publicaciones en redes sociales hechas por políticos hombres, en comparación con mujeres.

Si bien a todos se les ataca por su labor política, y suman más comentarios negativos que positivos, las mujeres además reciben respuestas referentes a su cuerpo, insinuaciones sexuales, propuestas sexuales no solicitadas, insultos referentes a su rol de madre o esposa, invasión a su intimidad como mujeres, y prevalece la creencia de que “así, violenta, es la política”, por lo que las mujeres “tienen que aguantar vara” si quieren incursionar en la vida pública.

Podrán iniciar como comentarios denigrantes en las redes sociales o avanzar hacia vídeos alterados con inteligencias artificiales (IA) para producir, difundir y hasta tratar de monetizar videos sexuales reales o falseados de las mujeres, pero sus consecuencias son devastadoras, al grado de llevar a las mujeres a renunciar a aspiraciones político electorales, cargos públicos o una carrera política.

La violencia política en razón de género no reconoce edades, nacionalidad, fronteras políticas, filias partidistas o ideologías, lo que complica el combate de este flagelo, al igual que la denuncia y sanción.

Esto cobra especial importancia en un momento inédito del país, donde existe una elevada probabilidad de que una mujer arribe a la presidencia de la República y la mitad de las candidaturas serán ocupadas por mujeres.

Libertad de expresión y límites

El problema de la violencia política en razón de género pasa por lo que las personas entienden por libertad de expresión.

De acuerdo con el especialista en derecho electoral Athos David Cuevas Campillo, la libertad de expresión tiene una vinculación directa con la divulgación (¿de qué sirve expresarnos si no podemos comunicar lo que expresamos?), y cuenta con límites, derivados de otros derechos y la no impunidad de delitos, por ejemplo, “no existe el derecho al insulto o a la homofobia”.

Foto: El Correo

En el caso específico del periodismo, Cuevas Campillo mencionó que la libertad de expresión es un derecho tanto de quien se expresa como del público al que se dirige esta expresión, donde además se debe distinguir afirmaciones de opiniones y está “absolutamente prohibida” la censura previa, sólo la imposición, en su caso, de consecuencias.

Mas aún, recordó que las personas públicas se encuentran más expuestas a una crítica severa, a condición de que estas críticas se concentren en su condición de personas públicas.

En el ejercicio de la libertad de expresión, es fundamental entender que la imposición de límites pasa por un análisis detallado y cuidadoso, más cuanto mayor sea la severidad de la restricción que se pretende aplicar.

“No podemos prohibir cosas solo porque no nos gustan, tenemos que distinguir opiniones de afirmaciones de hechos, y debemos ponderar la presunción de espontaneidad en el periodismo”, indicó.

Caso Favela

Cuestionada sobre el caso del reportero Javier Favela, señalado en un proceso por violencia política de género, denunciado por la diputada Liz Hernández en contra del dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Octavio Ocampo, Martha Alejandra Tello mencionó que se requiere analizar si en la réplica de actos o dichos de este delito por periodistas también incurren.

Tras exponer que no se puede generalizar la situación, Tello Mendoza indicó que se debe verificar si la nota informativa responde a una necesidad de informar o a un fin malicioso.

Reconoció que no se debe dejar de lado el abuso del concepto de violencia política de género, que vacía de contenido y ocasiona efectos contraproducentes en los esfuerzos por incentivar los derechos político electorales de las mujeres.

Asimismo, se debe distinguir la violencia política de género del derecho ciudadano a cuestionar o discernir de las mujeres en la política, ya que “el que sea mujer no quiere decir que no pueda ser cuestionada, sino que debe haber parámetros que garanticen que se critica su función pública y desempeño, sin insultar”.


Discover more from Primera Plana MX

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Deja un comentario