Morelia, Michoacán
En la ardiente avenida Juárez en Nocupétaro, al mediodía, el fuerte sol ilumina la figura de José Luis Ramírez, vendedor de melones desde hace dos décadas. Entre sus manos ásperas y el bullicio de la calle, se esconde una historia marcada por la migración y los sacrificios.
José Luis, originario de Huetamo, llegó a Nocupétaro desde hace 20 años para vender melones y ganarse la vida día a día. “En Huetamo, todo el mundo vende melón, así que decidimos venirnos acá para ofrecerlo. La gente aquí compra, pero es un pueblo, no hay mucho dinero”, comenta con humildad mientras acomoda los melones en su camioneta.
La camioneta, su herramienta de trabajo y sustento, ha sido testigo de retos y avatares. “Sigo siendo igual de pobre, no hay forma de salir adelante. Es la misma historia de ganar para comer y arreglar la camioneta”, comparte José Luis con una mirada que revela la dureza de su jornada diaria.
Pero el mayor reto para él no es el sol inclemente ni las largas jornadas; es la ausencia de sus dos hijos, quienes migraron a Estados Unidos hace 17 años. “No creo que vengan porque está difícil, la pasada es dura. Llevamos 17 años sin vernos, solo videollamadas”, confiesa José Luis, su voz cargada de nostalgia.
Sus hijos, ahora en Estados Unidos, mandan ayuda, pero la distancia se mide en más que kilómetros. “Ya me hicieron abuelo, pero hasta que crezcan los hijos para que les arreglen papeles a ellos”, dice con una mezcla de orgullo y melancolía.
José Luis, quien visita Nocupétaro cada año durante la temporada de melones, comparte su experiencia. “Voy a Huetamo a traerlos, son dos horas de conducción. Empieza la venta el 15 de noviembre y termina el 20 de mayo, más o menos esa es la temporada de melón”, explica mientras muestra las bolsitas de 50 y 100 pesos que ofrece a sus clientes.
El vendedor de melones señala que, aunque la vida sigue siendo un desafío, hay algo que permanece constante: su amor por el trabajo y la esperanza de reunirse algún día con sus hijos, cerrando la brecha que la migración ha creado en su familia.