En la tarde de ayer domingo 18 de diciembre, Jorge Glas, el vicepresidente de Ecuador en los gobiernos de Rafael Correa y Lenin Moreno, entró en la embajada de México en Quito para solicitar protección.

Según una nota de El País, hace unos días la Fiscalía solicitó la localización y captura del político de Revolución Ciudadana por presuntas irregularidades en una obra en la provincia de Manabí, afectada por un terremoto en 2016. El exfuncionario, ya estuvo cerca de cinco años en prisión por delitos de corrupción y fue liberado el año pasado.

Por su parte, la Cancillería de Ecuador emitió un comunicado en el que argumenta que un eventual asilo de Glas, actualmente en libertad condicional, en la embajada mexicana sería ilegal y expresa la necesidad de la salida inmediata del exfuncionario del recinto diplomático. En respuesta, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) indicó que a Glas se le permitió acceso “en calidad de huésped”, sustentado en el marco jurídico mexicano de protección internacional de personas y otras normas constitucionales y legales.

Expertos recordaron que el gobierno mexicano ya ha acogido en su territorio a otros exfuncionarios que se han refugiado previamente en su embajada en Quito.

Entre ellos figuran la expresidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira y los asambleístas Soledad Buendía, Carlos Viteri Gualinga y Edwin Jarrín.

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