Morelia, Michoacán
Caifanes, la legendaria banda de rock mexicana, encabezó el cierre épico del JaloFest con un concierto que trascendió lo musical y se convirtió en un poderoso mensaje de unión entre los mexicanos.
Desde el arranque, la multitud quedó cautiva por la inconfundible voz de Saúl Hernández y la magia de los acordes que resonaban en todo el estadio.
El concierto comenzó con un estruendoso arranque, mientras los acordes de “Los Dioses Ocultos” llenaban el aire, seguido de “Viento” con la potente, pero cansada voz de Saúl Hernández.
Pero más allá de las canciones icónicas y los riffs de guitarra, Caifanes aprovechó el escenario para denunciar problemas importantes que afectan a la sociedad mexicana. Desde la denuncia de falta de justicia de los feminicidios, que comenzaron en Ciudad Juárez y siguen siendo un problema grave, hasta la necesidad de más hombres y menos machos en la sociedad, el mensaje fue claro: es fundamental enfrentar los problemas y luchar por un mundo mejor.
Cuando apareció en las pantallas Vivir Quintana, una voz poderosa y emblemática del feminismo en la música, el estadio se llenó de emoción. “Canción sin miedo” resonó con fuerza, llevando consigo un mensaje de valentía y resistencia que estremeció a la audiencia.
“Este país necesita unidad y no división”, expresó Saúl Hernández entre canción y canción.
“Nuestros hijos necesitan una estructura sólida para que sueñen más allá de lo que sus sueños sueñan”. Las palabras del líder de Caifanes resonaron en los corazones de todos los presentes.
El concierto continuó con clásicos como “Mátenme porque me muero” y “Antes de que nos olviden”, canciones que han perdurado en el corazón de los fans a lo largo de las décadas.
Y luego, un momento de trance: el cover de Juan Gabriel, “Te lo Pido por Favor”, que hizo que el estadio se desbordara en lágrimas y aplausos.
Finalmente, el estadio se estremeció con la versión introspectiva y jazzística de “La Célula que Explota”, una interpretación que llevó la noche a su clímax, dejando a la audiencia en un estado de éxtasis musical.
Así concluyó el concierto de Caifanes en el Jalo Fest, una odisea musical, un mensaje poderoso de esperanza y de unión.