Morelia, Michoacán
Michoacán, a dos años de la administración del inicio del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, enfrenta desafíos financieros significativos, según advierte el profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Heliodoro Gil Corona.
En un análisis exhaustivo, Gil Corona resalta tres momentos críticos que han impactado negativamente en la actividad económica del estado previo y durante el mandato de Bedolla.
En 2019, la actividad económica creció solo un 0.3%, debido a la escasa inversión pública estatal y la caída del empleo formal. Además, se acumuló un déficit presupuestario en ese período y se contrajo deuda pública por 3 mil millones de pesos.
El año 2020 marcó un período crítico tanto para Michoacán como para el país en su conjunto derivado de la pandemia de covid. La crisis económica resultante de la pandemia provocó una caída del PIB del estado del 5.6%, con la pérdida de mil 500 empleos formales y un aumento del déficit gubernamental, que se tradujo en una deuda adicional de 4,090 millones de pesos.
Si bien 2021 marcó el inicio de una etapa de recuperación, con un crecimiento del 4.1%, el 2022 presentó un leve retroceso con un crecimiento del 3.4%, y las proyecciones para el tercer trimestre de 2023 apuntan a un crecimiento aún menor, del 1.2%.
Gil Corona señala que, aunque hubo un crecimiento promedio anual del 2.2% en los sectores industriales durante 2022 y 2023, la actividad industrial había experimentado una caída del 2% entre 2016 y 2021. Esto indica una recuperación, aunque con riesgo de recaída en 2023.
Al analizar por sector, el investigador nicolaita, resaltó que la industria de la construcción también mostró signos de mejora en 2022 y 2023, con un crecimiento del 0.5% en comparación con la caída del 8% observada entre 2016 y 2021.
El empleo formal en el estado sigue siendo un desafío, recalcó, pues con un promedio mensual de 13 mil 467 empleos formales durante el primer semestre de 2023, lejos de las 3,000 plazas laborales necesarias para satisfacer las demandas del mercado laboral estatal.
Una de las preocupaciones destacadas por Gil Corona, es la dependencia excesiva de los ingresos federales, que representan el 92% de los ingresos totales del estado. Aunque se ha mejorado en este aspecto, Gil Corona subraya que se necesita una mayor diversificación de las fuentes de ingresos para garantizar la estabilidad financiera.
La deuda pública estatal también ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, llegando a 26 mil 220 millones de pesos en el primer semestre de 2023. Esto plantea desafíos considerables para el desarrollo sostenible de Michoacán.
En resumen, los retos financieros que enfrenta Michoacán a dos años del gobierno bedollista son amplios y complejos. A pesar de ciertos indicadores razonables en sostenibilidad financiera, la dependencia de los ingresos federales, la deuda creciente y la fragilidad económica del estado representan desafíos significativos para el desarrollo de la entidad, concluye el especialista.