Fotos: ACG

Morelia, Michoacán

A 3 años del hallazgo del cuerpo de Jessica González Villaseñor, en Morelia, su familia aún reclama justicia para la joven docente, la aplicación de la ley para Diego Urik Mañón, su feminicida, y adecuación de las normas para asegurar castigos ejemplares a los responsables de violencia de género.

Fotos: Liliana Jiménez

Lonas y etiquetas de clausurado sobre las puertas del Congreso del Estado, el Palacio de Gobierno, las sedes estatal y nacional de la Comisión de Derechos Humanos (CEDH y CNDH) y el Palacio de Justicia, se encontraron este lunes 25 de septiembre, colocadas por los seres queridos de González Villaseñor.

La madre de Jessica González, Verónica Villaseñor Ferreyra, señaló que aún están pendientes reformas al Código Penal para que quienes incurran en el delito de feminicidio reciban penas ejemplares.

No solo eso, también para reducir la revictimización de los deudos de las víctimas, sujetas a la posibilidad de los acusados para alargar los procesos y sin garantías de tiempos de respuesta a sus propias intervenciones.

A través de sus redes sociales, Cristo González Villaseñor, hermano de Jessica, refirió que “con lo que nos hemos tenido que enfrentar es con todo un sistema de justicia CORRUPTO que los únicos derechos que ha protegido son los del Feminicida Diego Urik Mañon Melgoza”.

“Un sistema de justicia, que sólo nos ha pisoteado y que ha violentado NUESTRO DERECHO A UNA JUSTICIA PRONTA”, detalló.

Jessica González fue reportada como desaparecida el 21 de septiembre de 2020, para ser localizada sin vida en la zona sur de Morelia, el 25 del mismo mes y año. A pesar de que su feminicida, Diego Urik Mañón Melgoza, fue aprehendido pocos días después y sentenciado culpable en primera instancia, el proceso debió extenderse por alrededor de 2 años.

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