Emocionarte

“El proceso terapéutico consiste en pasar de la necesidad
de apoyarse en otro, a la capacidad de apoyarse en uno mismo”.
Fritz Perls
Un proceso es una secuencia de tareas que se realizan de forma concatenada, es decir de forma seguida una detrás de la otra para alcanzar un objetivo o un fin concreto. Asimismo un proceso terapéutico, se lleva a cabo entre el profesional y el paciente con la finalidad de alcanzar una meta terapéutica, la cual se establece desde el inicio.
En esencia, en el Proceso Terapéutico todos pasan por las mismas fases; sin embargo, la diferencia estriba en el énfasis que cada autor puede considerar; a grandes rasgos consiste en una evaluación, explicación del diagnóstico, tratamiento y cierre para terminación o alta. Cabe señalar que esto, también variará según el tipo de enfoque que el terapeuta trabaje y para ello es de suma importancia que el paciente conozca que no todos los psicólogos pueden dar terapia, esto debido a que para poder ejercer como terapeuta, según “La Ley de Salud Mental del Estado de Michoacán de Ocampo”, se debe cumplir con lo establecido en su Artículo 21, que a la letra dice: “El Psicoterapeuta, debe ser psicólogo con cédula profesional y con estudios de postgrado en psicoterapia, realizados en instituciones que cuenten con validez oficial”. Este fundamento se modificará según el estado de la república en el que cada paciente/consultante se encuentre.
Ahora bien, como paciente o consultante debe tener como punto clave que, en un principio se dieron tres vertientes de la psicoterapia y posteriormente se fueron ramificando de la siguiente manera:
Psicoanálisis: Terapia freudiana, terapia lacaniana y terapia kleiniana.
Cognitivo Conductual: Terapia dialectico conductual, terapia de aceptación y compromiso, Terapia racional emotiva conductual y terapia cognitiva de Beck.
Humanismo: Terapia Gestalt, terapia existencial, terapia corporal, terapia centrada en el cliente, psicodrama, logoterapia y terapia transpersonal.
Aunado a lo anterior, es importante considerar que en la actualidad existen diversos tipos más de psicoterapia, algunos iniciando y que aún no cuentan con los fundamentos necesarios, por lo que cuando una persona busca comenzar su proceso personal, es necesario tome en cuenta buscar las referencias de la persona con la que acudirá, toda vez que tiene derecho a solicitar la cédula del profesionista y el enfoque con el que trabaje para apoyarle, así como también los costos, horarios y condiciones bajo las cuales será atendido(a), esto apegándose al Código de ética de Psicólogos y al Código de FENAPSIME (Federación Nacional Colegios Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, A. C. Esto generado por las nuevas psicoterapias que llaman alternativas y que no tienen los requerimientos necesarios para ser consideradas en el ámbito.
Paralelamente, al iniciar la terapia, se toma en cuenta que el éxito de ésta tiene detrás factores como el esfuerzo y deseos de mejora del paciente, además todos los conocimientos del terapeuta, lo cual ayudara a generar una alianza terapéutica o el vínculo que favorezca el éxito o fracaso del proceso, toda vez que la confianza y cercanía que se genera entre ambos, será la base para la co-creación de herramientas que guíen a la persona consultante.
Sin embargo, en la relación también se pueden llegar a dar dinámicas como la transferencia (en la cual el paciente proyecta de manera inconsciente en el contexto terapéutico) y la contratransferencia (el caso contrario, en donde el terapeuta puede llegar a transferir situaciones emocionales en el paciente); es sustancial aclarar que no es que estas dinámicas sean “buenas” o “malas”, son fenómenos naturales que ocurren en el transcurso de la interacción y cuando se manejan con habilidad y consciencia, puede transformarse de obstáculos a potentes herramientas terapéuticas debido a la formación que subsiste en el campo (contexto terapéutico).
Como podemos observar tanto el paciente como el terapeuta, son dos sujetos implicados en una relación, cada uno con una función diferente e igual de valiosa, no obstante es de vital importancia que el terapeuta sea consciente de estos procesos, toda vez que la falta de consciencia puede llevar a interpretaciones erróneas y a una comprensión insuficiente de las respuestas emocionales del paciente olvidando que en el campo terapéutico el importante es el paciente y que todas las tareas, técnicas o teorías aplicadas, tienen que ir enfocadas a la necesidad del paciente y no a la necesidad del terapeuta.
En palabras de Claudio Naranjo: “El terapeuta ayuda en la entrega a lo que uno es, apoya los procesos internos porque tiene fe en que los procesos internos son auto-curativos. Tiene fe en que facilitando la presencia del otro en sí mismo la integración se hará por si sola. El arte del terapeuta es saber navegar en un mar tempestuoso. Ir con la vida, con el impulso, a través del caos. En la actitud abierta, de aceptación, despierta en el otro una mayor aceptación de sí mismo. En la autenticidad, o en mostrarse humano apoya al otro en el riesgo de ser. Al terapeuta le toca trabajar sobre si, le toca estar atento a sus propias posibilidades, sus propios atascos, le toca mirarse en el espejo de su humanidad. Hacer terapia, cura. No solo al paciente, sino al terapeuta mismo. Si el terapeuta acompaña en la búsqueda de la verdad del otro, de alguna forma el paciente también le muestra caminos nuevos, diferencias y similitudes en el ser”.
Asimismo, existen diversos autores que ven esta relación desde su perspectiva y trabajan con sus propias herramientas, Irvin Yalom en su libro “El don de la terapia”, hace la siguiente referencia: “Si se trabaja de la mejor manera, del mismo modo en el que una bellota se desarrollará hasta convertirse en un hermoso roble, así sucederá con el paciente en su proceso, quitando los obstáculos del camino, para que esto se dé”. Aledañamente hay que aprender de manera empática a brindar el apoyo requerido y mirar desde la ventana del paciente y no de la propia, a reconocer los propios errores, a generar una terapia para cada persona, recodando que aunque el terapeuta tenga muchos pacientes el paciente tiene solo un terapeuta.
Por otro lado, como en todo proceso cada persona tiene sus propios tiempos y aunque existen enfoques con terapias breves, en lo personal recomiendo más las terapias profundas que ayuden no solo a un cambio que pareciera milagroso, sino al hacer consciencia de lo que sucede en la historia para poder cerrar asuntos inconclusos, sanar heridas y evolucionar en el proceso. Sin embargo, también es necesario considerar que el camino no es lineal y que en ocasiones el avance parecerá mucho más rápido y en algunos otros casos más lento, ambos son respetables y la pauta se dará entre el terapeuta y el paciente, esto si se tiene que llegar a modificar el plan de intervención para poder llegar a un acuerdo a efecto favorecer el cumplimiento del objetivo planteado.
Retomando lo anterior, en referencia a que el proceso no es lineal, también debe considerarse que existe la posibilidad de que en algún punto se llegue a lo que la terapia Gestalt conoce como “El impasse” (momento de bloqueo que colinda con la desesperación y vacío, la encrucijada, la analogía entre seguir o no, o como seguir), esta experiencia suele sentirse como un callejón sin salida porque se vivencia como un atasco y confusión; es aquí en donde el terapeuta deberá de proveer todo aquello que sea necesario para que el paciente logre el desatasco, toda vez que si se llegara a no validar lo que le sucede al paciente o el terapeuta se pierde y abandona a su cliente, será contraproducente y dañino dependiendo de la situación de cada persona.
En resumen, el iniciar un proceso terapéutico pareciera ser cosa fácil, pero no es así, primeramente el dar este gran paso será señal de reconocer que se necesita el apoyo de alguien más, segundo encontrar a la persona capacitada y profesional que acompañe en ese proceso se tendrá que hacer desde una búsqueda exhausta y realizando las consideraciones manifestadas en párrafos anteriores, posteriormente trabajar en el vínculo terapéutico que será acompañado de la transparencia por ambas partes para que generar la alianza que favorezca el crecimiento, consecutivo a ello realizar las adaptaciones necesarias para el trabajo y respetar los tiempos, si se llega dar algún tipo de atasco es necesario que se platique de la forma más asertiva para formar las propuestas necesarias y que se den los cambios o avances planteados y finalmente entender que como en toda relación podrían presentarse dinámicas que se tendrán que ir hablando durante el proceso, con el respeto necesario. Todo esto ayudara a que el proceso sea favorable y se cumplan con las expectativas por ambas partes.
Queridas y queridos terapeutas tenemos una ardua tarea para profesionalizar la praxis, queridas y queridos pacientes gracias por poner tus vivencias en manos de especialistas, recuerda que tu terapeuta no deja de ser un ser humano y que si en algún momento hay algo que tú necesitas decir en referencia a cómo es que te sientes en relación a él o ella, lo puedes externar porque de ello se trabajará y se generaran nuevas herramientas; sin embargo, si por algún motivo tu terapeuta no llega a tener las bases suficientes para responder a esto, no te responsabilices de ello y busca una segunda opinión.
“Descubre quien eres, pero no te aferres a ninguna definición. Muta las veces que sea necesario para vivir en la totalidad de tu ser”.
Claudio Naranjo.
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Me encanta leerte. Gracias por llevarme a Claudio Naranjo. Confieso que no sabía nada de él.
En terapia somos-relación
Gracias por tu lectura!!