Morelia, Michoacán
El concierto de anoche, 19 de agosto, de Lupita D’Alessio y Paquita la del Barrio en un Palacio del Arte moreliano, totalmente repleto, no fue el espectáculo memorable que muchos esperaban, pero no defraudó a un público habido de escuchar los mejores temas de estas mujeres de pantalones largos y sentimientos a flor de piel.
El concierto arrancó a las 9:14 horas con Ernesto D’Alessio, quien nos regaló una buena carga de explosividad y buen gusto. Enfundado en un traje negro empezó con “Él me mintió” y luego recreó temas del mejor repertorio romántico internacional como “Eres secreto de amor”, “Me va me va me va” y “Lo que un día fue no será”.
Les rindió un homenaje a los maestros Juan Gabriel y Manzarero y, en general, gustó, sobre todo, porque se ajustó al tiempo de un telonero: menos de media hora.
Luego, llegó la Lupita D’Alessio, con un atuendo naranja que no lució demasiado y el cabello corto. Llegó y el público se fue con ella y los éxitos “Hazme olvidar”, “Lo siento mi amor”, “Si no te gusta como soy” y el icónico “Te pareces tanto a mí”.

La intérprete anda recorriendo el país con su “Gracias Tour”, luego de 52 años de exitosa trayectoria artística, y el público la disfrutó y la aplaudió.
Sin embargo, su timbre de voz a cambiado un poco y en las notas medias y bajas, algo opacas, cuesta trabajo entender los textos de las canciones. Pero… es la Leona Dormida y en los desgarramientos se ganó más de una ovación.
Fue acompañada por una excelente banda de maestros, pero no tuvo coros, ni bailarines ni cambios de vestuario.
No los necesito en temazos como “Ese hombre” y “Que ganas de no verte nunca más” en las que la diva se volvió una furia, un temperamento, un arrebato que envolvió a todo el mundo en una cruzada de redención de las mujeres.
Para cantar, “Ni guerra ni paz”, Lupita se hizo acompañar por su hijo, Ernesto D’Alessio.
Durante el show se vendió un disco triple de colección de la Leona, de 69 años, con varios obsequios agregado.
Luego de un recital de una hora y media se despidió con “Mentiras” y llegó Paquita la del Barrio, la esperada de todos, con un compendio de historias, una carrera musical impresionante en el género ranchero y una presencia permanente en el pueblo con esas piezas, ligeras y coloquiales, en las que hace leña a los hombres.

La intérprete de “Rata de dos patas” vino acompaña por un grupo muy numeroso de mariachis que puso a bailar a todos con el “Noa-Noa” y, luego, acompañó a Paquita, a quien escuchamos mucho, pero vimos poco.
Ofreció su recital sentado en varios puntos del escenario rodeada por sus músicos, quienes se situaron de manera desorganizada en casi todo el tablado y no siempre dejaron ver a la cantante.
De todas formas, gracias a una enorme pantalla, disfrutamos de una fiesta con sus éxitos de siempre: “Me saludas a la tuya”, “Me cansé de rogarte”, “Dale de comer al gato”, “Tragos de Amargo Licor”, y la épica “Pobre pistolita”, entre otros
En todos recibimos una lección de como se puede hacer música con los sucesos coloquiales, familiares, mundanos y pintorescos que nos envuelven a todos. Fue una estampa del doble sentido, la parodia, la broma, la ironía, el sarcasmo.
Como regalo a Morelia, nos sorprendió, igualmente, con “Caminos de Michoacán”.
A pesar de que el show se denomina “Juntas por última vez”, las dos cantantes, no se cruzan en el escenario, ni cantaron juntas algún tema.
Ninguna de las dos presentaciones llegaron al delirio, pero, en general, complacieron al auditorio que, una vez más, reconoció la persistencia y calidad musical de dos mujeres que ya nos parecen eternas.
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