Gambito Social

Una situación que continúa campeando durante este periodo vacacional es la de las cuotas escolares, que en los planteles cuya modalidad de sostenimiento es pública están en pleno apogeo.
No es ningún secreto que el presupuesto educativo no alcanza para solventar todas las necesidades de las escuelas michoacanas, lo cual apela a los principios de solidaridad y subsidiariedad para que, quienes puedan cooperar para la operatividad de los planteles así lo hagan, en proporción a sus condiciones socioeconómicas.
Lamentablemente, la voluntad se ha convertido en exigencia y la monetización de la escuela pública ha llegado a niveles tales que en ciertas escuelas públicas, se reclama el pago de cuotas por montos idénticos o superiores a las que solicitan planteles con modalidad de sostenimiento privado, lo cual evidentemente constituye una barrera al acceso a la educación y un factor de discriminación, que frecuentemente termina con quejas ante las autoridades educativas y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Quedan como áreas de oportunidad el diseño de políticas públicas focalizadas que permitan, mediante estudios socioeconómicos apoyar fácil y expeditamente a los estudiantes que no cuenten con condiciones de pagar las cuotas escolares. Tampoco se han conformado fundaciones, patronatos ni mecanismos de ayuda privada para canalizar donativos hacia cuotas voluntarias para que los estudiantes de escasos recursos continúen sus trayectorias educativas. Sobra decir que los programas de becas requieren una revisión a fondo; así también debe modificarse el clima de impunidad ante quienes condicionan la matriculación, la asistencia o la evaluación a cambio del pago de cuotas.
Más aún, se requiere modificar la eterna opacidad y franca ausencia de rendición de cuentas de los recursos recaudados por concepto de cuotas voluntarias, uniformes, alimentos, bebidas, concesiones, venta de fichas para examen de admisión, derechos de exámenes de ingreso y demás actividades que generan ingresos propios en los planteles educativos públicos estatales. A la fecha, de manera agregada, nunca se ha dado a conocer públicamente cuánto dinero es, ni como son los mecanismos de recaudación. Mucho menos se ha presentado un informe globalizado de estos ingresos y egresos, que contuvieran monto, fecha, concepto, factura y evidencias del gasto realizado.
Quizás, lo necesario para que todo funcione sea que se responsabilice a la Secretaría de Educación en el Estado directamente de rendir cuentas plantel por plantel y no al revés, porque la atomización de la obligación de la transparencia, bajo el cobijo de la autogestión escolar solamente ha permitido que en ciertos planteles cundan la monetización y el lucro descaradamente.
No lo olvidemos: el pago de cuotas es voluntario; la obligación de hacer valer los derechos de la niñez y juventud en Michoacán de Ocampo es de la autoridad educativa.
Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.
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