FOTOS: ACG Morelia, Michoacán
Morelia es, sin dudas, una ciudad preciosa, llena de edificios de cantera rosa, plazas, calles ancestrales y callejones repletos de leyendas que la enaltecen y la hacen aparecer grande ante los amigos que nos visitan.
Pero, lo que no todos conocen es que la ciudad tiene un nacimiento lleno de imaginerías, altibajos y pugnas. Es más, al decir de varios historiadores, muchas de las premisas de la fundación, poco exploradas, son, sencillamente, falsas.
Para seguir indagando en el tema Primera Plana mx entrevistó al periodista e historiador Arturo Herrera Cornejo, un hombre que se mueve a plenitud en los entresijos de los tiempos pasados.


Sobre la fundación de Morelia existen creencias que no se ajustan a la verdad, son apócrifas…
Así es, se dice que la ciudad fue fundada por orden de Juana la Loca, la mamá de Carlos I e hija de los Reyes Católico, y no es cierto. Hay una célula emitida en 1537 en la que se ordena la fundación de la ciudad que lleva su firma, sin embargo, el historiador Ernesto Lemoine Villicaña asegura que esta es falsa, porque tiene tachaduras y enmendaduras poco vistas en los documentos reales y carece de los sellos que se usaban en aquel tiempo.
Entonces ¿qué sucedió realmente? ¿Cómo se llegó a la fundación de nuestra ciudad-capital?
Había una gran pugna entre los encomenderos españoles que encabezada Juan Infante y el primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, asentado en Pátzcuaro, quien tomó partido por los indígenas, cuando los dueños intentaron someterlos en la actual San Fe de la Laguna. El obispo, incluso, se fue a España para defender a los nativos ante la Corte.

Entonces, los encomenderos decidieron fundar su propia ciudad, alejada de la autoridad del Obispado y disputarle la sede de los poderes civiles a Pátzcuaro.
El Virrey Antonio de Mendoza, la primera persona que tuvo este cargo en la Nueva España, ordenó a Juan de Alvarado, Juan de Villaseñor y Luis de León Romano que fundaran la ciudad a nombre del rey de España en la ahora llamada plaza de San Francisco, en el valle de Guayangareo, que significa “loma larga y achatada”. El nacimiento se concretó el 18 de mayo de 1541.
Ya en esa plaza existía desde 1530 un convento de los Franciscanos hecho de la manera más rústica, de adobe.

¿El nuevo asentamiento se llamó Valladolid?
No, este es otro error, la bautizaron como Mechuacan, el mismo nombre que usó don Vasco en Pátzcuaro. O sea que surgió una Mechuacan pirata… que con el tiempo ganó la batalla por los poderes públicos.
Entre 1575 y 1580 se pasaron a la actual Morelia la autoridad civil y el propio Obispado, aunque el virrey Enríquez dudó, pues Pátzcuaro tenía sobre sí el peso de la cultura purépecha.
De todas formas, ya muerto Vasco de Quiroga, los españoles ganaron la batalla y Mechuacan, como centro administrativo de la región, se convirtió en Valladolid, nombre que le dio Felipe II, en homenaje a una ciudad donde residió Isabel la Católica.
Se dice que en el territorio de la actual Morelia ya había un asentamiento español antes de la fundación del Virrey de Mendoza… ¿es otro invento de la gente?
No, es cierto… desde 1530, donde hoy en día está el club campestre, vivió Gonzalo Gómez, el primer español en radicarse en estas tierras.
Fue un hombre exitoso que cultivaba maíz, trigo, incluso, vid, para confeccionar su propio vino.
Desde las lomas de Santa María bajaba mucha agua y sus tierras siempre fueron fértiles. Alrededor de esta propiedad partió la idea original de hacer el acueducto de Morelia.

Este precursor fue visitado en 1540 por el virrey Antonio de Mendoza, cuando se dirigía a combatir una revuelta que surgió en el Occidente de nuestro país llamada Rebelión del Mixtón. Se pasó unos días en la finca de Gonzalo Gómez y le gustó el lugar…

Edificar una ciudad, no es una tarea fácil…
Bueno, hubo muchos problemas para levanta a Morelia, fue un pueblo muy pequeño durante varios años con casas improvisadas de adobe, paja o tejas, en el mejor de los casos.
Para construir los primeros edificios tuvieron que traer a indios aztecas, porque los purépechas no fueron colaboradores con los nuevos pobladores.
El primer barrio indígena que se fundó fue el de San Juan de los Mexicanos, donde ahora está el conocido mercado.
La situación de pobreza comenzó a cambiar cuando el Obispado se estableció en la ciudad y viene un boom, porque la Iglesia Católica tenía una actividad económica importante y recibía diezmos. Funcionaba como un banco, les daba créditos a los productores agrícolas, ganaderos y, a su manera, impulsaba el desarrollo.
A partir de 1828 la antigua Valladolid pasa a ser Morelia, la ciudad de Morelos, el héroe de la independencia de México.
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