Morelia, Michoacán
Ana Torroja se presentó anoche en el Festival Michoacán de Origen con el aval de ser una de las leyendas vivas de la música en español y no defraudó. Supo conquistar a miles de personas que no pararon de aplaudir y cantar con ella, hambrientas de nostalgias y recuerdos.
La exvocalista del famoso grupo Mecano cantó de manera gratuita en el jardín del Orquidario del Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia (Ceconexpo), con un lunetario casi lleno, y durante unas dos horas recreó temas míticos de su antiguo grupo y de su trabajo, luego, como solista.
Y valió la pena, Ana, radicada en México, está viviendo una segunda juventud y su potente voz, llena de timbres melodiosos, afinación y coloratura, parece estar mejor que en sus años mozos.
En algunos momentos, nos hizo llorar con piezas que tocan los sentimientos, emotivas, desgarradoras y, en otros, puso a bailar a todos con piezas rítmicas que no abandonan el esmerado cuidado de las letras.
Con un vestido plateado lleno de brillo y altas botas, la vocalista española inicio el concierto con “Ay que pesado” apoyada con un video de fondo, un audaz diseño de luces y tres pantallas gigantes.
Luego, se dirigió al publicó y comentó:
“Ya me siento moreliana, en realidad soy mexicana por adopción. Lo único que deseo es que se marchen hoy de aquí mucho más felices que como entraron… que se dejen llevar… que sientan la música”.
A continuación, levantó al público con sus éxitos “A contratiempo”, y con el evocador “Corazones”, una propuesta que le dio la vuelta al mundo a dúo con Miguel Bosé.
La gente se le entregó por completo y ella, dueña y señora del escenario, se hizo aún más grande con “7 de septiembre” y con una melodía que dedicó al amor sin etiquete, libre, polémico: “Mujer contra mujer”, un temazo que grabó en su momento con la mexicana Paty Cantú.
Y en el delirio, cantó a capella, una de las melodías que ha marcado a generaciones: “Maquillaje” y el públicó se volvió a parar y lloró con ella.
Ya en los finales le revolvió el alma a muchos con “Me cuesta tanto olvidarte” y con “La fuerza del destino” una obra rica en vivencias y en metáforas que figura entre sus trabajos discográficos más notorios.
Ana Torroja se hizo un solo cambio de vestuario, no estuvo acompañada por un cuerpo de baile, como es habitual, y ni siquiera tuvo algún invitado. Aun así sus muchos años en el espectáculo y su habitual garra hicieron lo suyo.
La gente, conmovida, no se quería ir del improvisado centro de conciertos de Ceconexpo y, una y otra vez, le pidieron: ¡Otra… otra!
Vívida crónica como las que acostumbra este periodista sobre la gran Ana Torroja, al punto de que nos parece haber asistido. Bravo por Morelia y este boom artístico.