‘Esli dijo hasta aquí y fue eso lo que la llevó a la muerte’

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Morelia, Michoacán

A Esli Viridiana Nava Arriaga la mataron en Zitácuaro cuando tenía 31 años de edad, el 6 de enero de 2020. Sus tres hijas quedaron en resguardo de la familia de Isaac Saúl “N”, su padre y principal sospechoso del feminicidio.

Elizabeth Arriaga González, madre de Esli, platicó con Primera Plana Mx de cómo se ha dado la investigación, que para ella en un primer momento estuvo envuelta en corrupción, de cómo Isaac, quien era director del hospital regional de Maravatío violentaba de múltiples maneras a su hija y de su desesperación por recuperar a sus nietas, pues considera que corren peligro con la familia que encubrió al violentador.

A la familia de Esli se les dijo que había muerto en un asalto al regresar de un velorio. Ellos nunca lo creyeron, regresaba con Isaac y él estaba ileso, aunque supuestamente el vehículo había recibido 12 balazos. Insistieron en la exhumación del cuerpo hasta que lo lograron, un año después del crimen.

Isaac fue detenido hasta octubre de 2022, pues estaba escondido en la sierra de San Luis Potosí. De acuerdo con Elizabeth Arriaga, en la primera audiencia, llevada a cabo la semana pasada, se presentaron pruebas y se le dictó prisión preventiva.

Explicó que su preocupación no es el término de este proceso legal, pues considera que la Fiscalía ha hecho un buen trabajo de investigación y se le declarará culpable, sino recuperar a sus nietas de 12, 11 y siete años de edad, pues la familia de él las ha puesto en su contra y corren peligro ahí:

“Mis nietas se encuentan en la casa donde se formó este presunto, vamos a llamarle así, feminicida (…) Están en esa casa donde lo encubrieron, donde le dieron protección, donde la mamá de él sabía de la agresión que mi hijia llevaba con él, de la violencia familiar (…) Las niñas fueron testigas de la violencia que día a día mi hija llevaba”.

Esa violencia, relató, consistía entre otras cosas en dejarla completamente incomunicada, sin acceso a computadoras o a su propio teléfono celular durante semanas, por lo que su madre tenía que recurrir a llamarle al teléfono de la trabajadora del hogar o al de sus hijas mayores y en otras ocasiones no le quedaba más que trasladarse hasta su domicilio para poder saber de ella.

“¿Cómo es posible que las autoridades ahora le están dando el lugar a mis nietas con esta familia donde apoyaron a un feminicida?”, se pregunta.

Para las niñas, explicó, ellos, la familia de su madre, son los culpables de que su padre esté tras las rejas, pues la familia de él así se los ha hecho creer. “Lamentablemente para las niñas somos los malos del cuento”.

¿Por qué están seguros de que Isaac la mató?

“Lo supimos desde la primer noche, sólo que había mucho temor, tenemos otros dos hijos. Sabíamos que él era violento, que vioeltnaba a nuestra hija, que traía un arma en su vehículo debajo de su asiento.

“La fiscalía de Ciudad Hidalgo no hizo su trabajo como era correto y lo dejan en libertad. ¿Cómo es que en un asalto sale él ileso y nuestra hija muerta? Fueron 12 impactos de bala en el carro.

“Él estaba entero, a él no le veía una lágrima, no le veía nada, lo que tenía era un temor porque todo terminara rápido. Él ni siquiera quería que se viera el cuerpo de mi hija, fue mi otra hija la que abre el ataúd de mi hija y se da cuenta cómo estaba mi hija lastimada, le decía: ¿Qué te hicieron bonita, quién te lastimó?

“La fiscalía (General del Estado) extrae la carpeta de mi hija de Ciudad Hidalgo, porque nadie creía el supuesto asalto que él estaba inventando, ni aun las mismas autoridades. Gracias a Dios que extrajeron la carpeta femincidios de Morelia. Se va a esclarecer”.

“Yo tengo protección de Silvano”, decía él

“Él era director del hiospital regional de Maravatío, en ese entonces quien lo protegió fue el gobernador que estaba, Sivano Aureoles. Él incluso nos dijo: yo tengo proteccion de Silvano. Él toda la noche, toda la madrugada, tuvo una patrulla con él, todo el tiempo que estuvo mi hija en la funeraria, estuvo resguardado por dos agentes de policía.

“Él (Silvano Aureoles) fue el que le dio el puesto de director del regional y tenía ese puesto cuando ella murió”.

¿Cómo era Esli?

“Mi hija tenía mucho temor, ya no era libre, los ùltimos meses de vida de Esli, que feron de diciembre a octubre… Vivía en un temor continuo.

“Fue una niña muy amada, muy limpia, muy estudiosa, sobresaliente en sus clases y sobre todo quiero recalcar que fue una niña muy llena de amor.

“Esli era una odontóloga con muchos sueños de salir adelante, de sacar a sus niñas adelante. Hasta en eso sufrió violencia, porque él no la dejó ejercer. Ella me había dicho ‘este año primeramente Dios ya voy a empezar a ejercer mi carrera’, me enseñó los planos de su casa…

“Desde niña fue muy buena estudiante, muy alegre, pero tenía algo, muy inocente, confiaba demasiado, aun cuando tenía a su marido coen ella, ella muchas veces me dijo ‘él está loco’, eran sus palabras de ella, ‘es un enfermo, él está loco’. Él se autonombraba, así decía, ‘yo soy un semidiós’.

“Él humilló a mi hija, porque ella quería ser médico, así es como se conoce con él, no pudo lograr entrar a la facultad de Medicina, por lo que se queda en Odontología. Es ahí como empieza nuestra tragedia, desde que empezó con él supimos que no estaban bien las cosas. Le decía ‘no pudiste ingresar a la universidad por el bajo nivel académico que tienes’ y Esli sólo se sonrojaba y lloraba.

“Yo le decía ‘Isaac, no le digas eso a mi hija’ y él decía ‘es que es verdad, de la facultad sólo egresamos los que tenemos un alto nivel intelectual y académico’. Eso me parece que era violencia hacia mi hija, Esli lloraba.

“Sufría violencia mi hija, es la violencia que la llevó a su muerte, porque Esli decidió poner fin, Esli dijo no más, Esli dijo hasta aquí y eso llevó a mi hija a la muerte”.

¿Que encontraron en la exhumación?

“Desde el primer momento se consideró feminicidio, ni las autoridades creyeron nunca que había sido un asalto, pero bien se descubre que todo estuvo organizado por él, hubo mucha corrupción esa noche.

“Nos lleva él al otro día, nos presenta con el forense, dice ‘pasen, pasen, el forense quiere hablar con ustedes’. Nosotros con nuestro dolor y el forense nos hace una historia de que a mi hija la mató una bala de grueso calibre […] Mi esposo no sabe mucho de armas, se crió en un rancho, pero me decía ‘si realmente la mató una bala de alto calibre, le destroza su cabeza’.

“Entonces cuando abren el cuerpo de mi hija […] encuentran fragmentos de la bala que le quitó la vida a mi hija, se dan cuenta de que es un arma corta y dicen: ‘el calibre que mató a Esli fue una bala de un 22 o un 25’; entonces, luego luego lo que pensábamos se corrobora, porque era el arma que él traía, él traía un arma siempre debajo de su asiento, que dizque para defensa, ¿defensa de qué, de mi hija? ¿Qué le podía hacer Esli? Ellos salieron de un velorio, hay testigos que dicen que él la agredió, la hizo sentir mal en el velorio y él sale por delante y mi hija detrás de él, nada más para que me la matara”.


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