Foto: ACG

Alejandra Marroquín

Fue un balazo en el pie haber fraguado deliberadamente una emboscada en contra del Julio Arreola Vázquez, presidente municipal de Pátzcuaro y autoridades de gobernación estatal, cuando de forma violenta comerciantes irrumpieron para sabotear una reunión concertada previamente con ellos mismos en el Teatro Emperador, el viernes 31 de marzo, cuyo único punto del orden del día sería darles a conocer las especificaciones técnicas del proyecto de construcción del nuevo mercado y las ventajas del mismo.

La actitud beligerante de algunos ha provocado el escalamiento del conflicto y consecuentemente la urgencia de solucionarlo; de ser un asunto de carácter netamente político, de pronósticos reservados, se ha convertido en un tema legal donde, desde luego, el ayuntamiento sale ganando y los líderes de los comerciantes rijosos no podrán salir bien librados de tan mayúsculo error.

la justificación que motivó tal acción se leía en una gran manta que exhibieron y que resulta, por cierto, ser una falacia. Los comerciantes dicen no estar informados sobre los pormenores del proyecto, al tiempo que se demostró en los hechos que tampoco tienen interés en conocerlo.

Se conoce por fuentes oficiales que en todo momento hubo acercamientos entre liderazgos de ambas partes mediante reuniones recurrentes, por lo que tal argumento se derrumba por siniestro y carente de legitimidad.

Revisando minuciosamente el video que circula en redes sociales, el Ayuntamiento de Pátzcuaro tiene elementos suficientes para interponer demandas judiciales contra aquellos personajes que hayan incurrido en agresiones físicas a funcionarios públicos y contra los lideres agitadores que los hayan instigados a cometer este delito, que también, se sabe, han amenazado a comerciantes que no ceden a sus caprichos o que manifiestan estar de acuerdo con el nuevo mercado.

A juzgar por lo que pasó, los liderazgos, que según se sabe ya están bien identificados, siguen estirando la liga y no están obrando de buena fe; tampoco tienen intención de ceder ni construir acuerdos. Lo que pretenden, a todas luces, es estar en contra por consigna para desgastar al presidente municipal y propinarle una derrota política para satisfacer intenciones maquiavélicas de alguien que está atrás de ellos, aprovechándose de la voluntad negociadora del alcalde y del respeto que éste siempre ha mostrado hacia los ciudadanos.

A estas alturas del partido y frente a los nuevos acontecimientos, a nadie debe de extrañar que aparezca el elemento legal y se puedan conocer demandas penales y eventualmente órdenes de aprehensión, contra quienes, sin medir consecuencias, siguen apostando por la confrontación frente a un problema generado por su irreflexiva necedad, no obstante el apoyo inmenso de los ciudadanos que respalda la decisión del presidente y el gobernador de construir el nuevo mercado.

Se ha ventilado que dentro del mercado actual existen redes de corrupción y componendas que han funcionado indebidamente durante varias décadas como cosa natural bajo la complacencia de administraciones pasadas, en donde confluyen intereses de líderes que se ostentan como dueños de varios espacios públicos, que los tienen funcionando con una sola licencia y ahora cómodamente viven de “sus rentas”.

Es de suponerse que a estos personajes poco o nada les importa lo que significa para la mayoría de los patzcuarences una obra social de esta catadura, pues algunos incluso, vienen de otros municipios.

Es por ello que para algunos comerciantes no basta que esta obra sea financiada al 100% por el gobierno del estado y se construya sin fines de lucro (no se les cobrará ni siquiera cuotas de recuperación), tampoco que sea una obra social de alta prioridad para el cuidado de la salud pública de turistas y de quienes consumimos alimentos en el actual mercado sin las medidas elementales de higiene.

Menos aun que pueda ser determinante para convertirnos en patrimonio cultural de la humanidad, ni decir de que el proyecto es apoyado por la inmensa mayoría de ciudadanos; al parecer lo único que les importa es que no se descubra sus ilegalidades y puedan perder privilegios así tengan que pasar sobre el interés supremo de la mayoría de los patzcuarences.

Lo único que anhelamos los patzcuarenses es que haya más obras, que al igual que el nuevo mercado, alienten al turismo y eleven el nivel de vida de quienes vivimos en este hermoso Pueblo Mágico.

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