Morelia, Michoacán
A un año del asesinato del alcalde de Aguililla, César Arturo Valencia Caballero, los grupos del crimen organizado se reposicionaron y, lejos de ser combatidos por las fuerzas federales, éstas se replegaron y abandonaron a la población.
Así lo afirmó hoy el párroco Gilberto Vergara, a través de un posicionamiento enviado a los medios de comunicación con motivo del primer aniversario de la ejecución del edil.
“Las fuerzas federales y las fuerzas estatales, simplemente han sido espectadores ante una situación terrible; parecían fotógrafos de la naturaleza, que sólo están viendo cómo el chacal persigue a la presa y la devora, y no hacen nada por remediarlo, por detenerlo o por acabarlo”, describió.
El sacerdote del pueblo enfatizó que el problema no ha sido sólo la dificultad para transitar por el bloqueo o destrucción de caminos a manos de los criminales, como sucedía antes del crimen del edil.
“Sí podemos ir, sí podemos volver, pero las situaciones del crimen organizado siguen dándose bajo una gruesa capa de indiferencia del gobierno. Los grupos del crimen organizado se siguen posicionando en los lugares que ya tenían, algunos cambiando, ganando terreno”, sostuvo.
Fue hace un año cuando sicarios acribillaron a plena luz del día a Valencia Caballero, quien minutos antes había participado en una reunión sobre la estrategia de seguridad en el municipio.
Su cuerpo presentaba al menos tres balazos, dos en el pecho y otro en el cuello, que le causaron una muerte inmediata al político que había ganado la elección constitucional del 2021, bajo las siglas del PVEM.
Casi simultáneamente, en otro punto los sicarios también ejecutaron a su secretario particular, René Cervantes.
“El asesinato de César y René se da cuando ya el Ejército había entrado a tomar control de la situación de Aguililla. Después de la muerte de César, el Gobierno Federal simplemente se retiró, ya no lo volvimos a ver”, afirmó el sacerdote.
Para Vergara, sobre Aguililla hoy pesan tres desgracias que siguen taladrando a los habitantes.
“Aquí nos pesan tres desgracias: Gobierno Federal que se retiró, Gobierno Estatal que nunca ha entrado a formar parte de la solución y un Gobierno Municipal que da pena, sinceramente”, destacó.
Y es que, sin nombrar a la actual alcaldesa María de Jesús Montes, el cura sostuvo que, después de la muerte del edil, “la doble desgracia nos cayó con una presidencia municipal terrible, que se ha limitado a pleitos internos que en nada ayudan a nuestra situación”.
