‘De mis 20 amigas, 17 han sido asesinadas’: sexoservidora trans en Morelia

Humberto Castillo Mercado – Morelia, Michoacán

En un hotel de paso del Centro Histórico de Morelia, una madrugada de 2022, Pamela estuvo a punto de morir ahorcada con un lazo en el cuello, a manos de un “loco psicópata” en sus treintas, que tras consumar el servicio en la austera habitación, sacó a flote todos sus demonios y quiso matarla.

Por 350 pesos y 15 minutos de “placer”, la vida de la sexoservidora estuvo en riesgo, sin embargo, no quiso interponer una denuncia penal en la Fiscalia General del Estado de Michoacán (FGE), pues asegura que para ella es peor el acudir una y otra vez a revictimizarse con los procesos de justicia.

“Terminas madreada, devastada, por eso no fui a revivir, ¿para qué?”, se cuestiona ella misma, además, asegura que ella es su propia psicóloga.

“Hay psicópatas que, a la hora de terminar el acto sexual, te muerden, te matan, o te dan una putiza”.

Ahora, ya sonriente durante la entrevista, recuerda que aquellos quince minutos que aquel cliente pagó por sexo, se le hicieron eternos, “por la putiza que le metí”, refiere la ahora también activista.

Según Pamela, no es la primera ocasión en que intentan matarla, pero “gracias a Dios”, volvió a salvar su vida.

Tras los hechos, luego de que el recepcionsta del hotel se dio cuenta, la ayudó y se pudo safar, sin embargo, cuenta, “me prendí y le tuve que dar una chinga al tipo”.

“Después de que nos matan, de que vivimos violentadas, señaladas, todavía a la hora de estar muertas en el Semefo (Servicio Médico Forense) seguimos siendo maltratadas y discriminadas”, lamenta.

Es decir, a la hora de elaborar el acta de defunción, se discute si se realiza con nombre masculino o femenino.

Esta vez, Pamela de 44 años, la volvió a la librar, pero no así muchas de sus compañeras y amigas que han sido asesinadas, arrojando un dato sumamente crudo y preocupante… el período de vida de una sexoservidora trans pocas veces supera los 40 años.

Tristemente, recuerda que de sus compañeras con las que iniciaron hace unos años en el sexoservicio en Morelia, sólo quedan tres de 20, el resto fueron asesinadas, con sus crímenes en el olvido y sus asesinos en libertad.