Ankara, Turquía
Mientras se agotan las esperanzas de encontrar a supervivientes entre los escombros, el número de muertos ocasionados por los terremotos que el lunes asolaron el sudeste del Turquía y el noroeste de Siria se ha elevado a más de 25.500, mientras que hay 85.000 heridos hasta el momento.
Ankara ya ha dado por terminados los trabajos de rescate en las provincias de Sanliurfa y Kilis, en tanto, el secretario general adjunto para la ayuda humanitaria de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha calificado el desastre causado por los temblores como “el peor acontecimiento ocurrido en la región en el último siglo”
La tardanza de la ayuda en llegar y su escasez en algunas zonas han pasado factura en una población que se enfrenta a una catástrofe de gran magnitud, lo que ha desembocado en agresiones a periodistas e intentos de linchamiento a presuntos ladrones.
En algunos lugares se han producido robos en tiendas y supermercados abandonados fundamentalmente de comida y otros productos básicos, aunque también de electrodomésticos en contadas ocasiones e incluso se han producido intentos de asalto a al menos dos camiones con ayuda humanitaria en las provincias de Hatay y Kahramanmaras.
También se ha reportado la presencia de bandas con intenciones criminales que han aprovechado la ausencia de policías y el caos.
Por su pasrte, la agencia de prensa del Gobierno turco, Anadolu, dio cuenta de que, al menos 48 personas han sido arrestadas en Turquía acusadas de saqueos en ocho provincias afectadas por el terremoto.