Ciudad de México
Las productoras, costureras, bordadoras y decoradoras de peluches del municipio de Xonacatlán, Estado de México, no paran, porque el 14 de febrero se acerca y los enamorados están a la vuelta de la esquina.
Desde hace más de tres décadas, Xonacatlán encabeza a nivel nacional la confección de los miles de peluches que son regalados en todo el país el Día del Amor y la Amistad.
Se estima que existen cerca de 400 talleres en ese municipio y que el 80% de la población de Xonacatlán se ve beneficiada con la industria del peluche, la cual ocupa todos los espacios de los talleres, calles, plazas y negocios.
Curiosamente, pudimos conocer que hay peluches de 10 centímetros hasta dos metros, todos pachoncitos y hechos con manos laboriosas llenas de amor y talento creador.
En el cercano San Valentín los artistas Xonacatlán esperan vender más de 300 mil peluches, sobre todo de osos, y regalar una sonrisa a cada enamorado.
El reino de Xochimilco
Además de los peluches, los enamorados mexicanos dispondrán en su día de las hermosas flores de tulipán que se cultivan con amor en la alcaldía Xochimilco para su venta el Día de San Valentín, el14 de febrero.
Roberto Espinoza, floricultor de Xochimilco, nos explicó:
“Planeamos producir arriba de 10 mil flores, las cuales se comienzan a mostrar en el invernadero. Nosotros empezamos con la producción este año a partir del 27 de diciembre y esperamos terminar todo el 14 de febrero”.
Por cierto, los tulipanes, considerados como la “flor del amor”, porque se dan en febrero, cuentan con distintos colores con un significado propio.
El rojo sirve para demostrar el afecto al ser amado, el color blanco significa la pureza, mientras el amarillo es utilizado por los “pecadores” para pedir disculpas.
Los tulipanes, traídos desde Holanda, son una flor especial, porque son de las pocas que se dan durante el invierno, además, su semilla puede tardar en florecer hasta seis años.
Como se aprecia, este año, como otros muchos, las personas que se aman tienen asegurado un buen regalo. El asunto es saber escoger: un peluche o un tulipán. Aunque, un beso tierno y amoroso no debe faltar.
