Morelia, Michoacán
Hoy, las mujeres no mueren como resultado de un aborto ni son encarceladas por elegir la interrupción del embarazo… en los ámbitos urbanos.
Esto, debido a que, a pesar de décadas de trabajo de organizaciones feministas que promueven el derecho a elegir y acompañan a quienes optan por un aborto, aún existen sectores donde el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es complicado para las mujeres, refirió la presidenta de la asociación Humanas sin Violencia, Lucero Circe López Riofrío.
Explicó que en el presente Michoacán exhibe una de las legislaciones más avanzadas en materia de aborto, con la definición de la pobreza como excluyente.
Esta situación se complementa con la labor de colectivas y organizaciones feministas que promueven los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, además de acompañar a aquellas que deciden la interrupción del embarazo.
Esto ha llevado a la reducción importante de las muertes de mujeres por un aborto en la clandestinidad, así como al encarcelamiento de las que deciden abortar.
Sin embargo, en las comunidades indígenas y las poblaciones de alta y muy alta marginación, así como entre las mujeres que enfrentan formas de exclusión, como no hablar español, persisten los riesgos de muerte y encarcelamiento, incluso por la tipificación de un aborto espontáneo como homicidio en razón de parentesco.
“El Estado no quiere terminar de reconocer que las mujeres tienen derechos humanos, y a pesar de los avances logrados, aún se requiere del proceso jurídico para la despenalización del aborto”, refirió Lucero Circe López.
Señaló que sólo Humanas sin Violencia ha acompañado, en lo que va del año a 55 mujeres que han decidido abortar, lo que muestra la dimensión de las labores de las organizaciones y colectivas feministas.
“Las mujeres hemos terminado por crear un Estado alterno para hacer valer los derechos humanos de nosotras, con la generación de avances para que no mueran o sean encarceladas”, reiteró.