Historias del Tercer Mundo
Un gobierno humanista no pude ser aquel en donde las madres de desaparecidos desntierran cadáveres ante la indiferencia de los tres órdenes de gobierno (guinda o de cualquier color).
No puede ser uno en donde una manifestación por la búsqueda de personas que fueron privadas ilegalmente de la libertad, algunos desde hace años, sea opacada por una antimanifestación para aplaudir a un presidente que durante su Cuarto Informe de Gobierno, así como en los tres anteriores, no dedicó ni una sola palabra a esta realidad social, que aqueja tanto a civiles como policías y a inmigrantes centroamericanos.
Este domingo, apareció una nota publicada en El Universal, firmada por Alhelí Salgado, en donde se da a conocer el origen del colectivo Sabuesos Guerreras A.C., fundado por María Isabel Bernal, madre de un expolicía a quien desaparecieron junto con otros ocho, ante los ojos cerrados del Gobierno del Estado de Sinaloa en 2017, razón por la cual decidió fundar el colectivo, que aunque no ha podido dar con el paradero de su hijo, sí encontró ya 480 cuerpos, así como a 65 personas vivas que devolvió a sus hogares.

Esto sin que el gobierno humanista de Andrés Manuel López Obrador haya aportado un solo peso.
Luego de que el gobernador fuera a marchar por su Presidente el mismo día en que se ignoraron los gritos de los familiares de desaparecidos, en Michoacán también se manifestaron integrantes de colectivos, en este caso porque aseguran que la Comisión Estatal de Búsqueda de Michoacán abandonó a su suerte a las madres buscadoras en un lugar llamado “el corredor de la muerte”, en Sahuayo.
Esta comisión, de acuerdo con Marcela Nochebuena, de Animal Político, sólo cuenta con cuatro personas, para buscar a más de cuatro mil desaparecidos en la entidad.
No puede haber un crimen peor que la desaparición forzada, porque atenta no solo contra la vida y la integridad de la personaque la sufre, sino contra la de toda su familia, que no puede cerrar un ciclo que se perpetúa por años.
No puede haber un crimen peor, excepto el que comete el Estado, que no sólo ignora la situación, sino que permite que sean las propias madres las que tengan que dejar atrás su vida, a veces hasta a sus otros hijos, para dedicarse a escarbar fosas clandestinas, a visitar reclusorios y a buscar incansablemente a sus seres queridos, en algunas ocasiones a costa de su propia vida.
Eso, señoras, señores y estúpidos bots de la 4T, no es humanismo.
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