Morelia, Michoacán
El 22 de noviembre de 2021, Jamil Donnet Arévalo Rivera perdió cuatro dedos de su mano izquierda; hoy, casi un año después, el joven pasante de la carrera en Ingeniería Industrial volvió a sonreír y a usar sin miedo ambas manos; una, sin embargo, ostenta una increíble prótesis en gris y azul, en una combinación entre la diestra de Iron Man y el guante de las gemas del infinito del terrible Thannos.
Un grupo de jóvenes morelianos hicieron posible lo que parecía más que difícil, sobre todo por el tema económico. Se trata de los Rotarac del Club Morelia Campestre, lidereados por Edgar Gabriel Uribe Torres, que cuando conoció la historia de Jamil a través de Primera Plana MX, no dudo en convocar a sus aliados para construir lo que hoy es su proyecto insignia 2022-2023: la prótesis de Jamil.
Hace casi un año, cuando Jamil -de entonces 25 años-, realizaba sus prácticas profesionales en un aserradero de Loma Caliente, en la zona rural de Morelia, nunca pensó que ese día la vida le jugaría una mala pasada. El egresado del Tec de Morelia revisaba la nueva maquinaria adquirida, leía los manuales cuando la filosa navaja cercenó sin piedad cuatro de los cinco dedos en un corte limpio.
Mientras unos corrían a “bajarlo” a Morelia, otros buscaron los dedos amputados y los llevaban aprisa con el amigo, en un intento por revertir el daño. El milagro no sucedió. Jamil sólo pensaba en cómo decirle a sus padres y a su novia.
Un reconocido hospital capitalino se declaró incompetente. “No hay especialista”, les dijeron. Lo canalizaron al IMSS donde, en la ciudad que pronto será sede nacional de ese instituto, no hay servicio ni especialista. Lo canalizaron a Guadalajara y en ese trance, la posibilidad del milagro terminó por disolverse.
Por el tiempo pasado, la reimplantación ya no era una opción y de una prótesis biónica, ni cómo hablar, sus altos costos en el mercado nacional y en el norteamericano, la descartaban casi en automático.
El 26 de mayo la vida le volvió a mostrar a Jamil que el destino se forja con fe. A través de Primera Plana MX, Edgar Gabriel Uribe Torres, presidente del Club Rotarac Morelia Campestre conoció el caso de Jamil y, junto a algunos de sus compañeros, entre ellos Yoltinemi Román Huijón, comisionado de Tecnología del Club y estudiante de cuarto año de la ingeniería en Mecatrónica en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) decidieron aceptar el reto… y los costos.
Yoltinemi comparte el proceso: “fue una experiencia de muchos sentimientos, con un poco de temor a participar, a veces se piensa que es muy complicado, pero logramos aplicar nuestros conocimientos en beneficio de Jamil”.
El guante se diseñó como un traje a la medida a la mano de Jamil; se trata de un modelo tomado de una página de especialidad, “de ahí fuimos adaptando, palma, dedos, se dieron los retoques, se diseñó la muñeca”.
El guante es de mecanismo simple donde, al momento de hacer la articulación, se acciona y se mueven los dedos; es una impresión en 3D elaborada en PET G y el PLA (ácido poliláctico). Prueba tras prueba, el diseño se fue perfeccionando; fueron ajustes, intentos, cambios en el prototipo hasta llegar al modelo que hoy se ajusta a la palma y muñeca izquierda de Jamil.
A una semana de los últimos ajustes, Jamil, que ya se había adaptado a vivir sin sus dedos, recuperó la libertad física y hasta la moral, porque si bien sus padres, Lupita y Lulo, lo han apoyado siempre, ahora está empezando de cero, aprendiendo a mover, a tocar, apretar, “estoy desde cero, pero feliz, muy feliz”.
Los jóvenes rotarios no se duermen en sus laureles y están a la búsqueda de nuevos casos qué apoyar, aunado a su labor con el voluntariado del DIF Michoacán, haciendo estudios a chicos de casas hogar de adolescentes, impulsando a la Aldea SOS donde van a instalar un sistema de riego para darles dos talleres, uno de agricultura y otro de emprendimiento, explica Edgar Gabriel, presidente del Club.
La prótesis de Jamil es insignia, pero en tiempo de pandemia también elaboraron otras dos, una donada a un menor del CRIT y otra para una persona de la tercera edad; en ambos casos hubo pérdida total de una mano.
Tanto Edgar Gabriel como Yoltinemi Román convocaron a los jóvenes morelianos a dejar de lado las dudas y participar en este tipo de actividades, poniendo talento, creatividad, conocimientos y empatía al servicio de la gente, “podemos ayudar mucho, podemos aportar, lo que sería muy importante porque en Michoacán no hay opción para hacer este tipo de cosas”, concluyó el presidente del Club.