Morelia, Michoacán
Empresas de autobuses en Michoacán han optado por prestar o rentar a estudiantes y egresados normalistas sus unidades para que se trasladen en sus actividades de protesta, a fin de buscar evitar que les sean retenidas o quemadas.
El delegado en Michoacán de la Cámara Nacional de Autotransporte de Pasajeros y Turismo (Canapat), Arcadio Méndez Hurtado, señaló que cuando los normalistas requieren de un autobús para trasladarse a sitios donde se manifestarán, tendrán eventos o buscarán acarreados, prefieren prestar las unidades o bien arribar a un acuerdo que implique que los estudiantes paguen el combustible o el salario del operador, antes que correr el riesgo de que las unidades sean retenidas por la fuerza o incluso destruidas.
En el estado laboran ocho empresas de transporte de pasajeros y la mayor parte de ellas recurre a este esquema, que si bien podría ser considerado como una extorsión, es permitido por las empresas en un intento de mitigar costos y daños.
“Preferimos prestarles una unidad parada a que nos detengan los autobuses, nos bajen al pasaje y metan en las escuelas las unidades”, reiteró.
Y es que este mal arreglo es menos costoso y perjudicial para las empresas que tener un autobús quemado, que “nadie nos lo paga y el seguro no lo cubre”.
Además de la afectación causada por bajar a los pasajeros y dejarles a su suerte, mientras que a los operadores “antes los trataban bien, ahora no les dan de comer, no permiten que les llevemos comida”.
Agregó que en 40 años de operación de la empresa que encabeza y 25 al frente de la delegación en la entidad de la Canapat, ninguna denuncia interpuesta por el robo o destrucción de autobuses ha procedido.
En el último año, cuatro autobuses han sido quemados por manifestantes, todos pertenecientes a la empresa Purépechas, lo que se traduce en una pérdida de 10 millones de pesos.
” Y ni siquiera recibimos una llamada de las autoridades, que son las que permiten esto, para ver cómo apoyar”, lamenta Arcadio Méndez.