Fotos: Fátima Paz

Morelia, Michoacán

Los que no llegaron; los que llegaron, pero no se quedaron, y los que se quedaron por muy poco tiempo regresan hoy martes para abrazar a sus seres queridos, las familias que les esperaron con amor y debieron enfrentar su temprana partida.

Son los angelitos, los muertos chiquitos, bebés e infantes que se atravesaron por las vidas de sus deudos como estrellas fugaces, y dejaron una impronta imborrable a su paso.

Este 1 de noviembre, antesala del Día de Todos los Santos, Morelia recuerda a sus pequeños idos y resguardados en el Panteón Civil.

Sobre las lápidas que exhiben los nombres y las fechas de nacimiento y muerte de los angelitos, que en algunos casos corresponden al mismo día, donde reposan las ofrendas con que padres, hermanos o abuelos agasajan a la pequeña ánima en su viaje de regreso al hogar.

Flores de muchos colores, dulces, animalitos de plástico y otros juguetes e incluso una Coca Cola obsequian las familias a sus muertos chiquitos para hacer más llevadero su largo viaje.

Pegatinas de personajes animados permiten, en muchos casos, reconocer en la ciudad de los muertos las últimas moradas de los angelitos, entre inscripciones que denotan el dolor por la pérdida y la esperanza de un reencuentro definitivo.

Sin embargo, como sucede con los adultos, algunas tumbas de niños o bebés lucen, aún en esta fecha, en soledad, sin una atención o un cuidado de parte de los deudos.

Las amorosas palabras talladas en las piedras contrastan con la basura, las flores secas, el agua sucia, y la ausencia en general de regalos o limpieza.

Este martes es 1 de noviembre y antes de la llegada de los muertos grandes vienen los pequeños, los que aún en la eternidad son los amores de sus familias.

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