FOTOS: BETO / ACG Tlalpujahua, Michoacán
La casa de Adrián Moreno en Tlalpujahua, con un enorme jardín, se asemeja a un reino de piedra de cantera, donde te encuentras novedades a cada paso: fuentes, dragones, pájaros, doncellas, niños.
Este maestro cantero es un hombre de trabajo, sin complejos, que nos regala un ejemplo de talento y esfuerzo que, sin embargo, no rehúye las bromas y las más sabrosas anécdotas.
Lo conocimos cuando participamos en un pool de prensa que visitó Tlalpujahua no hace mucho para conocer las magias del lugar, y, sin pensarlo, aceptó mostrarse entero ante los micrófonos de Primera Plana.mx
¿Satisfecho con tus herencias familiares?
Sí, mi padre trabajó la cantera y también mi abuelito Reimundo Martínez, quien participó en la construcción en la iglesia de Nuestra Señora de San Juan Tlalpujahuilla
¿Tienes estudios?
La secundaria nada más, desde muy jovencito estoy en esto con mi familia. La cantera es una actividad muy noble.
¿Y sus hijos siguen tu camino?
Sí, mi niño, que va segundo de secundaria, ya hace sus figuras también.
En general, ¿ves a los jóvenes interesados en el oficio de canteros?
Sí, es una manera de sobrevivir, no hay muchos oficios a los que entrarle, a veces, tampoco hay para estudiar, y no queda más que morder en la cerámica, al barro, a la cantera. Aquí en Tlalpujahua no hay una buena universidad. Los que tienen para salir a Morelia, Toluca o Ciudad de México, pues siguen estudiando, pero lo que no terminan de artesanos.
El trabajo de cantero para ti debe que tener arte…
Pues, sí, la figura tiene que tener vida. Si los ojos del águila no muestran expresión no hay nada, no transmiten ningún sentimiento. Actualmente, pocas personas quieren producir calidad; están más interesadas en la cantidad. Por avanzar de bolada y hacer otra pieza entregan cosas que están muertas.
¿Cuáles son las canteras que más te gustan para hacer figuras?
Pues, la rosa y la naranja, hay otra que le dicen “madera de la India” o “hermosa de Aguascalientes” que es una maravilla, pero es más cara. Muchas personas creen que es madera de verdad, porque tiene las mismas vetas. Pero es piedra. Hay muchos tipos de cantera: roja, negra, café, naranja.
Te han pedido alguna figura extravagante, rara…
Claro, me pidieron, una vez, un niño meón que le causa risa a todo el mundo. Un joven de aquí, de Tlalpujahua, se llevó uno para su casa y, en broma, para sorprender a sus amigos, lo puso de lavamanos…
Vendes lo que ya tienes o trabajas por encargo.
La mayoría de las personas compran lo que ya está hecho, pero hay clientes que desean cosas personalizado, entonces, me traen sus modelos o los buscamos en Internet.
¿Cuál es la pieza más difícil que has hecho?
Pues una réplica de La Piedad de Miguel Ángel, fue bien difícil. A veces, hay que sudar mucho.
Ha pasado que no deseas vender una pieza, porque te quedó tan linda que la quieres para ti…
Bueno, ya he venido cuatro veces una Virgen de Guadalupe que diseñé para mi casa. Es duro, lo pienso, de todas formas, me cuesta decirle que no a los clientes, además, tengo necesidad, para eso trabajo.
Una de mis vírgenes se fue para una casa de mamás solteras, y otra para un albergue de niños con Síndrome de Down. Cuando las piden para lugares así, las doy más rápido.
¿Eres carero?
No, pero cuando veo que una pieza me ha quedado hermosa, le pongo un precio, no muy alto, y si me quieren pagar menos, no la vendo. Hay muestras que pueden valer 15 o 17 mil pesos.
Sientes que mucha gente sobrevalora el trabajo de las esferas y no reconocen tanto el de los canteros
A muchos le gusta lo que hacemos, seguro. El año pasado y el antepasado me han felicitado por mi trabajo… y si te felicitan es porque las cosas están bien hechas.
Siento que aquí todos debemos de triunfar. Siempre los que vienen por esferas, pasan por algo de cantera, o al revés. En la cima hay un lugar para todos…
¿Tu trabajo te da lo suficiente para vivir con comodidad?
Estoy casado y con hijos, no tengo lujos, pero no me quejo, porque trabajo mucho y eso me hace feliz.
¿Tienes total libertad para ejercer tu trabajo?
Sí, total, lo que lo agüita a uno es la inseguridad que estamos pasando. Es difícil, es complicado, los compañeros necesitamos paz para trabajar contentos e ir a buscar los materiales.