Morelia, Michoacán
El reloj daba las 8:28 pm del domingo 16 de octubre, una fecha esperada por muchos en la capital del estado y sus alrededores desde que fue anunciada a mediados de este 2022, entre ellos, su servidora, ya que Ricardo Arjona no se presentaba en Morelia desde hacía 8 años, en esta ocasión, con su gira ‘Blanco y Negro’. La multitud ingresaba al Francisco Villa desde algunos minutos antes, lo cual, considerando la cantidad de personas reunidas, ya olía a problemas.
Y así fue, el personal que vigilaba y presuntamente guiaba a la multitud fue a todas luces insuficiente, ya que, debido a esto, las filas se vieron afectadas por los famosos ‘colados’, quienes aprovechaban la confusión de la multitud por el punto donde terminaba la cola para ingresar a sus secciones y así colocarse entre lo sitios de aquellos que habían llegado horas antes, especialmente en el caso del acceso para la zona VIP y Diamante.
La confusión y el enojo fue tal que los reclamos entre filas produjeron un ambiente sumamente tenso, en el que las famosas frases ‘a la cola’, ‘fuera, fuera, fuera’, ‘no dejen que se metan’, eran la constante en los oídos de todo aquel que esperaba tan pacientemente como fuera posible por el ansiado ingreso, pero aún así, tuvo qué pasar más de media hora para que el orden se comenzara a notar y se hiciera visible la verdadera fila.
Pero fue cuando el reloj dio las 9:20 cuando todo estuvo a punto de explotar en caos, ya que, con cientos de personas aún sin poder ingresar, se escucharon las primeras notas y la primera frase en la voz del guatemalteco “Justo lo que nunca quise, exacta a lo que no soñé” y el Francisco Villa estalló con ‘Batichica‘, adentro por la emoción, afuera por la desesperación.
Por fortuna, 10 aún caóticos minutos después, pudimos ingresar al recinto, donde tuvimos qué pagar una propina obligatoria para que nos guiaran hasta nuestro asiento y sí, finalmente, habíamos llegado a nuestro destino, desde donde, al escuchar los primeros acordes de ‘Si yo fuera’ de 1994 con el ‘Flaco’ y su guitarra sobre el escenario, todo rastro de cansancio y enojo quedaron opacados por la adrenalina de revivir algo que no pasaba desde hacía casi una década.
‘Morir por vivir’ fue la siguiente y todos gritaron el coro al unísono “Vamos viviendo la vida, bailemos hasta morir”, después tocó el turno de ‘Ella’, donde todas las mujeres unieron sus voces para celebrar que están vivas “Explotando en libertad, para sanar las heridas con pura electricidad”. ‘Hongos’, ‘Apnea’, ‘Acompáñame a estar solo’, ‘El Amor’, ‘El problema’, ‘Tarde (Sin daños a terceros)’ fueron las siguientes.
Cuando fue el turno de ‘Si el Norte fuera el Sur’, llegó el momento para sacar los pasos prohibidos, ya que muy atinadamente, el cantautor fusionó el ritmo original de la canción de 1996, con la versión ska que produjo junto a Panteón Rococó en 2007, llegando los gritos a su máximo punto cuando Ricardo cambió la frase ‘Que viva Wall Street y que viva Donald Trump’ por ‘Que viva Wall Street y ¡al carajo Donald Trump!’.
Pero sin duda alguna uno de los momentos más esperados llegó cuando comenzó ‘Señora de las cuatro décadas’, donde las cámaras se dirigían al público buscando a las que seguramente nunca estuvieron más felices de tener “cuarenta y tantos encima”. El ritmo y letra de ‘Lo poco que tengo’ puso las sonrisas en los miles de rostros y la felicidad a flor de piel en los asistentes.
La música iba y venía en el Villa y entre canciones el cantautor gozaba de interactuar con su público desde el escenario, desde su opinión sobre el encierro por la pandemia y sus consecuencias, a la cual culpa de la creación de sus últimos dos discos ‘Blanco’ y ‘Negro’ de los cuales se desprende el nombre de esta gira. De igual forma, opinó acerca del lenguaje inclusivo, con el que está en desacuerdo; también habló sobre el por qué de las mentiras de los hombres a las mujeres para evitar el “clima de hostilidad” y mantener la paz en el hogar, y el tajante desacuerdo de las mujeres al respecto, haciendo reír a ambos sexos con sus ejemplos.
En un corte más, habló sobre la evolución de la figura masculina ante los ojos del mundo y el cómo, especialmente hoy en día, es casi impensable llegar a cortejar a una mujer con piropos o frases ‘subidas de tono’ sin considerarse un caso grave de acoso, pues él sólo quisiera decir que “no es ninguna aberración sexual, pero me gusta verte andar en cueros”, y el Francisco Villa volvió a estallar con ‘Desnuda’.
Las canciones que pedía el público fueron tantas que el guatemalteco optó por ofrecer versiones cortas de exitos tales como ‘Dime que no’ y ‘Cuándo’. ‘Cómo duele’, ‘Historia de Taxi’, ‘Quién diría’, ‘A ti’, ‘Porque Puedo’, ‘Te quiero’ y ‘Te conozco’ formaron parte del bloque final de canciones, pero fue hasta que el gigante de Guatemala anunció su despedida con su famoso “hermanos, muchas gracias, se les quiere”, cuando el recinto retumbó con un profundo “no” durante la canción ‘Minutos’.
Sin embargo, Ricardo complació a sus fans con ‘Fuiste tú’ donde el público debía cantar las partes que corresponden a su paisana Gaby Moreno en la canción de estudio. La expectativa creció cuando, en cuánto el cantante salió del escenario, las luces de los celulares del escenario iluminaron el recinto para pedir una canción más, siendo la infaltable ‘Mujeres’ el broche de oro de la noche, durante la cual fueron proyectadas fotografías de las asistentes en las pantallas del escenario.
Finalmente, tras otro “se les quiere, gracias”, llegó el final del show y con ello, el desfile de vuelta a la salida donde el “nadaremos, nadaremos, nadaremos” fue el himno de todos aquellos que trataban de salir por el mismo acceso por el que habían ingresado dos horas antes. Meses de espera para un show de poco menos de 120 minutos, miles de historias para conseguir un boleto y les podemos asegurar, que valió la pena, sólo queda la duda ¿habremos de esperar otros 8 años para volver a verlo en tierras michoacanas? Ojalá que no.
Bellamente relatado. No pude asistir pero me llena de nostalgia el leer la experiencia con tan grande artista. Esperemos vuelva pronto 🙏🏻