Morelia, Michoacán
No importaba el lugar, la distancia ni el clima: Alfredo Ramírez Bedolla iba, sin regateos, a donde Andrés Manuel López Obrador lo comisionaba hace una década para construir el movimiento político que, a la postre, llevaría al tabasqueño a la Presidencia de la República en 2018.
Y el hoy gobernador recordó este lunes esos episodios, y los puso de ejemplo frente a la negativa de algunos normalistas para aceptar una plaza en el sector educativo, en municipios que no son de su interés.
“(Dicen) ‘sí, ya me asignaron la plaza en Zamora, pero yo la quiero en Huetamo’. Cuando me mandó de delegado el presidente López Obrador en 2012 a Baja California, yo no le dije al licenciado López Obrador ‘oiga, mejor mándeme a Morelia, ¿no?’, pues no. Era un honor estar con Obrador, y nos fuimos a Baja California”, explicó.
Incluso, echó mano de otro momento en donde lo llegaron a enviar a Matehuala y otros puntos distantes y calurosos.
“O cuando andaba allá en Matehuala, en San Luis Potosí, en Ciudad Valles, por Ciudad del Maíz; hasta allá llegaba Michoacán en la época del Obispado en la Colonia, y no andaba yo ahí (diciendo) ‘no, ahí no voy porque hace mucho calor´, no, al contrario”, expuso.
La explicación salió a tema, cuando en su conferencia semanal le preguntaron a Bedolla sobre la asignación de plazas que se viene realizando a los egresados de las Normales estatales.
Bedolla aprovechó para destacar que las plazas este año se otorgaron, por primera vez, mediante un proceso público, en línea y con la participación de todos los aspirantes.
“Yo creo que es un honor para un normalista el que le asignen su plaza de manera transparente, sin a cambio de dinero, a cambio de una mordida, sino que se otorgue como ahora que los normalistas hicieron su examen Ceneval”, señaló.