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La palabra “pareja” proviene del latín paricŭlus, diminutivo de par, paris, que significa ‘igual’. Una pareja es la unión de dos personas que comparten una relación amorosa, la cual puede ser formal o no.

La relación de pareja es una de las formas de interacción más complejas, toda vez que están involucrados aspectos biológicos, psicológicos, interaccionales, sociales y culturales.

Además que, para hablar de pareja se requiere especificar desde qué perspectiva se va a abordar y desde qué contexto.

Joseph Zinker (2005) plantea que: “una pareja o una familia es un sistema de individuos comprometidos a permanecer juntos a lo largo de un periodo de tiempo extenso, manteniendo de este modo su continuidad”.

Por otro lado, Lauro Estrada Inda refiere que:
“la estructura biológica y psicológica de la familia humana pasa por un ciclo” (nace, crece, se reproduce y muere), además de que en ese ciclo, se comprenden seis etapas: el desprendimiento, el encuentro, los hijos, la adolescencia, el reencuentro y la vejez.

En este artículo, se aborda únicamente el encuentro como etapa en el ciclo de la pareja, en la cual se da la formación de ésta y tiene como propósito lograr primeramente, cambiar los mecanismos que hasta entonces sirvieron para proveer seguridad emocional y posteriormente, integrar un nuevo sistema de seguridad interno en donde se incluya al sí mismo y al compañero elegido.

Lo anterior, no es nada fácil de lograr y el encuentro con una persona puede deparar grandes sorpresas, sobre todo porque al inicio de la relación cada uno de los miembros pretende establecer su propio sistema conforme a lo que conoce desde su familia de origen y si ambos sistemas son diferentes, los conflictos aparecerán continuamente hasta terminar con la relación.

En sus investigaciones, el Dr. John Gottman hace referencia e identifica cuatro interacciones que son negativas y pueden provocar la fractura o el rompimiento del vínculo de pareja.

Estas maneras de interactuar son tan letales para una relación que el Dr. Gottman las llamó “los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.”

Esto referido al pasaje bíblico, en el cual se describen “los Jinetes del libro del Apocalipsis”, quienes infligen estragos y destrucción en la faz de la tierra; asimismo, estos cuatro jinetes en la relación de pareja infligen estragos y destrucción en las relaciones.

¿Cuáles son estos 4 jinetes y de que se tratan?

1) Las críticas.
En una relación de pareja es casi imposible que haya una aceptación al cien por ciento de nuestro par, por lo que habrá detalles y comportamientos que no serán fáciles de asimilar y acomodar a la relación; sin embargo, la crítica lasciva y mal intencionada, es un ente que carcome la relación (entendiendo como crítica cualquier comentario que vaya en contra de la pareja y no de la situación).

El primer jinete es muy común en las relaciones, la problemática de las críticas es cuando se hacen constantes, ya que los miembros de la pareja están a la defensiva, lo cual impide la comunicación asertiva, por lo que es importante referirse al otro con respeto y entender que la crítica es para la situación y no para la persona en sí.

2) El desprecio.
El desprecio es el más dañino de los cuatro jinetes, tanto que J. Gottman lo llamó “ácido sulfúrico para una relación”, es el mayor provocador de rupturas y se daña al otro de forma irreparable, hay actitudes violentas, manipuladoras y narcisistas por alguno de los miembros, existe un rol de poder y se utiliza con fines ofensivos para infravalorar a la otra persona.

Una forma de cambiar esto, es realizando ejercicios en donde se aprenda a describir las emociones y necesidades propias, lo cual centrará a la persona en responsabilizarse de él mismo, en lugar de cargar todo en la otra persona.

3) La actitud defensiva.
Como ya mencioné, algunas de las actitudes anteriores pueden provocar aparte del cansancio físico y emocional, una actitud defensiva, la cual es un intento de protegerse a sí mismo, defenderse y desviar lo que se percibe como un ataque.

En este jinete, la pareja reacciona desde sus heridas, se defiende absolutamente todo y al hacerlo así, indirectamente se ataca al otro, generando una dinámica negativa y se deja de actuar desde el amor y el cariño.

En esta forma de interactuar, es importante trabajar con las heridas de la infancia e identificar qué de aquello que se vivió se está repitiendo y lo cual está ocasionando que la relación se torne disfuncional.

4) La actitud evasiva.
En relaciones en donde las discusiones tienen un tinte violento, en las que las críticas y el desprecio provocan una actitud defensiva, son aquellas en donde finalmente uno de los integrantes se aleja y hace la entrada triunfal el cuarto jinete, la actitud evasiva.

Actitudes cómo: hacer como que no se escucha, mirar hacia otro lado, involucrarse en otra actividad o hacer como que el otro no existe, además de la famosa ley del hielo, son actitudes dañinas para la pareja y cuando esto sucede, el hastío y el cansancio han llegado a dar la estocada final.

Generalmente las personas recurren a la evasión como una protección para no sentirse abrumadas, por lo que si se identifica que esto está sucediendo, es importante y necesario parar las conversaciones, tratar de relajarse y darse un tiempo de 30 minutos mínimo y de 3 horas máximo, para poder retomar el tema.

Aunque cada una de estas formas de interacción negativas que existen en la relación, pueden predecir por sí solas la ruptura del vínculo, generalmente las cuatro coexistan en una relación de pareja.

Afortunadamente, es el mismo J. Gottman quién da algunas alternativas para poder trabajar con la dinámica, ya que en su libro “7 reglas de oro para vivir feliz en pareja”, proporciona como herramientas, los siguientes principios:

  1. El mapa de amor.
  2. Cultivar el cariño y la admiración.
  3. Acercarse al otro.
  4. Dejar que tu pareja te influya.
  5. Resolver los problemas solubles.
  6. Salir de la fase del estancamiento.
  7. Sentido de trascendencia.

Si es que consideras que presentas alguna de estas problemáticas y no sabes cómo solucionarlos, es importante que no dejes de pedir ayuda para poder obtener herramientas que te ayuden a tener una relación de pareja mucho más sana.

“En la pareja, no se trata de ceder, sino de ser capaces de sacar tiempo y de sacrificar cosas por estar y compartir con el otro. La medida del amor no es aquella en la que el otro está dispuesto a sacrificar cosas, sino en la que está dispuesto a disfrutar contigo”, Jorge Bucay.


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