Morelia, Michoacán
Nació con el propósito de allegar recursos a la administración pública, más que propiciar la contención del daño ambiental, y la determinación de no hacerle obligatorio lo ha limitado a la población que de manera recurrente debe viajar en automotor a la zona metropolitana de Ciudad de México.
El programa de verificación vehicular comprendió 20 mil 594 verificaciones en 2021, y en el primer semestre de 2022 apenas suma 9 mil 805, lo que implica que, de mantenerse en los últimos 6 meses esta tendencia, el año culminará con menos automotores verificados respecto del inmediato anterior, aseveró el secretario de Medio Ambiente, Alejandro Méndez López.
“El programa, desde su arranque, ha sido muy polémico, porque se pensó aplicar en todo el estado, que en ese momento contaba con un parque vehicular de alrededor de un millón de coches, para extraer de la sociedad cerca de mil millones de pesos al año mediante este derecho; no era tan importante el beneficio ambiental como financiero, el beneficio era mucho menor que el costo”, explicó.

La inconformidad de la población, especialmente de los transportistas, llevó a la decisión de pasar de un carácter obligatorio a voluntario, decisión que este 2022 se ha refrendado, y que en los primeros momentos ocasionó que de aproximadamente 30 verificentros instalados ahora subsistan 8, 6 de los cuales están en Morelia; uno, en Zitácuaro, y uno, en Maravatío.
“Como fue inicialmente planteado, el programa no era viable, los empresarios invirtieron de buena fe sumas importantes y muchos tuvieron pérdidas por la no obligatoriedad de la verificación vehicular, que este año se mantiene porque el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, consideró que las familias estarían muy gastadas por los efectos adversos de la pandemia de covid y el reemplacamiento, como para cargarles este pago también”, agregó.
No sólo la economía y la inconformidad social le jugaron en contra al programa de verificación vehicular, señaló Méndez López, sino el hecho de que su objetivo último es contribuir a mejorar la calidad del aire, que en el caso de Morelia es de buena a regular, primordialmente buena.

“No se justifica una obligatoriedad de la verificación vehicular, porque en Morelia la calidad del aire, sin ser óptima, es aceptable, y esto funciona para zonas con un importante deterioro, tanto que un daño menor es mucho para ellas, como Ciudad de México, Tula o Salamanca, donde la presencia de industrias, refinerías, productoras de electricidad y la concentración de la población, entre otros, conducen a una muy mala calidad del aire, y en Morelia la cuenca, los cientos y la falta de industria, así como pocas fuentes fijas y móviles de emisiones tóxicas a la atmósfera, hacen que el deterioro no sea tan grande”, mencionó el secretario de Medio Ambiente.
Alejandro Méndez acotó que “no es que el programa sea superfluo, es necesario para que las personas que viajan en automotor a Ciudad de México puedan hacerlo sin problemas; también sería bueno en el caso del transporte público, que, aunque entre los sectores opuestos a la verificación vehicular, la requieren porque el desgaste de los automotores es más rápido y contaminan más las unidades que las particulares, y, en lo general, la verificación que llamamos sencilla, que es válida sólo en el estado, se traduce en un mejor rendimiento de la gasolina que se amortiza en cerca de 2 meses”, explicó.
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