Tokio, Japón
En lo que ha sido definido como una escena dantesca, Yoshimitsu Tsukakoshi, miembro de una organización de conservación de tortugas marinas en Kumejima (Japón) encontró, junto a otros ambientalistas, a decenas de tortugas marinas verdes, hasta 30, muertas o agonizantes en una playa.
Los reptiles marinos habían sido apuñalados en el cuello, en una isla ubicada a 1.200 kilómetros de Tokio. Tortugas de corta edad figuraron entre las víctimas.
“Las tortugas marinas son criaturas gentiles y huyen cuando los humanos se acercan demasiado. No puedo creer que tal cosa pueda suceder en nuestro tiempo”, dijo Tsukakoshi.
Durante una investigación llevada a cabo por las autoridades, un pescador admitió haber apuñalado a los animales, que pertenecen a una especie protegida, porque quedaron atrapadas en sus redes.
Yuji Tabata, director de la cooperativa pesquera local, dijo que el pescador, cuya identidad no ha sido revelada, aseguró haber liberado a varias tortugas, pero, luego, empezó a apuñalarlas para, dice él, debilitarlas y solarlas más fácilmente.
El pescador declaró, además, que se sintió en peligro, porque, cuando quiso rescatar a los animales, fue “mordido”.
La Policía, en tanto, interroga a posibles testigos para recabar más antecedentes.